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viernes, diciembre 04, 2015

Nudismo de Marbella a Villa Gesell

"Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra.; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti. "John Donne. 

"Meditación XVII" de Devotions Upon Emergent Occasions, obra perteneciente al poeta metafísico John Donne, y que data de 1624 y que figura en el prólogo del libro "Por quien doblan las Campanas" de E. Hemingway



Partimos desde Granada por la autopísta que llega hastá Málaga y comenzamos a disfrutar de una mañana de sol y playa estival en la Costa del Sol.

Dejamos atrás Fuengirola y nos encaminamos a Marbella mas puntualmente a Cabopino, una playa que  bordea el puerto de Cabopino por un lado y las protegidas dunas de Artola por el otro.

Esta playa, de unos 1.250 metros de largo por 40 metros de ancho, se encuentra enclavada en un paraje natural protegido conocido como Las Dunas de Artola, declarado monumento natural y cuyo valor reside en el cordón dunar que la delimita.
La playa tiene un sector delimitado por la propia naturaleza entre las dunas de practica de nudismo y naturismo opcional. Y por otro lado en el sector de ingreso a la playa, dado que el mar es tranquilo y poco profundo, se la considera un lugar popular para las familias con niños pequeños. Allí hay servicios de chiringuitos, bar, etc.
Textiles y nudistas disfrutan ( a un lado u otro de las dunas)  de una paraíso único en el paisaje mediterráneo ya que sus costas son en general escarpadas por los cordones montañosos y las dunas un elemento natural inexistente.
Cuando llegamos a Cabopino a pasar nuestro día de playa nunca imaginamos que existiera un lugar tan parecido a la Playa Querandí de Villa Gesell de la costa atlántica. A pesar de ser un caluroso día de julio en el verano español allí había viento y las dunas estaban vivas.
Hay quien dice que viajar permite poner en valor los conocimientos e incluso la forma en que percibimos los momentos en la vida. Creo firmemente que es así.
Nadando en sus aguas claras y mirando hacia la playa era exactamente igual que hacerlo en la enorme extensión dorada de la Playa Querandí.
Cuantas veces me pregunto idealizamos lugares y en este caso puntualmente si bien la Costa del Sol es realmente muy bonita y las playas de Marbella tienen puertos con lujosos yates y un público de élite, no son circunstancia mas o menos pasajeras las que hacen esa diferencia. En los años 70 gozaba de ese privilegio la playa de Torremolinos que era frecuentada por los mas famosos artistas de Hollywood y la vanguardia de artistas de ese tiempo. Hoy ha devenido en un balneario lleno de torres sin la magia que imponían aquellos tiempos y sus balnearios son mas sencillos o menos sofisticados.
                                        

Lo cierto es que quiero arribar a una reflexión que mucho tiene que ver con este análisis.
Mientras nadaba entre el suave oleaje de Cabopino mirába como las dunas luminosas abrazaban mis ojos y se reflejaban en el mar igual que en Playa Querandí.
Caminando por la costa pude observar como familias textiles con sus hijos marcaban los límites entre los dos sectores exactamente igual que ocurre con los pescadores de Playa Querandí.
No hubo miradas extrañas, solo se percibía la unión entre la naturaleza y el hombre que se respetaba mutuamente en su forma mas genuina ....igual que en Playa Querandí.
Las dunas de Artola son una reserva protegida igual que las dunas del Faro Querandí.



Cuando uno encuentra ese espacio de libertad y goce realmente natural pasan a no importar demasiado las diferencias que imponen los sistemas económicos, los terribles mandatos de cuerpos perfectos ni mucho menos los prejuicios sociales o religiosos.  Porque cuando le permitimos descansar a nuestro exigente "yo" se vuelve mas amable el mundo y podemos convivir sin tantas etiquetas.
Ha sido un gran aprendizaje visitar Cabopinto porque además de pasar un día de playa increíble fuimos capaces de entender que las convenciones sociales no son mas que eso y la naturaleza es infinitamente mas sabia y nivela cualquier diferencia.
Es tiempo de playa en el Hemisferio Sur. El verano está llegando y si todavía no conocen la belleza de Playa Querandí en el camino al faro homónimo dentro del municipio gesellino los invito a acercarse en esta temporada. Al igual que Cabopinto en Marbella el nudismo es opcional y puedo asegurar a quien se anime a visitarla que sentirá cuando caigan los últimos rayos del sol sobre las dunas que ha vistado Marbella sin tomar un vuelo. Porque esencialmente el paisaje natural es práctimente el mismo. Y los hombres y las mujeres que habitamos este pequeñísimo planeta de un sistema solar entre millones de otros soles somos tan únicos como semejantes.

Y por si gustan visitar Playa Querandí en Villa Gesell les dejo un video para que la conozcan