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miércoles, marzo 30, 2016

Taormina: rodeada de mar , valles y el volcán. Parte 2

"Para correr hacia el mar vistiéndonos de sol, para tener y prestar niñez del corazón. 
Para jugar a inventar el mundo en una flor, somos dos, somos dos. 
La eternidad es hoy, la eternidad para cantar y derrotar al tiempo. 
Para cruzar sin temor el valle y el volcán, somos dos, somos dos. 
Enamorándonos, viviendo sin después, ni adiós, ni olvido. 
Para pedirle al dolor que ya no vuelva más, somos dos, somos dos. 
Ilusionándonos por una pequeñez, un color quizás perdido". Jairo "El valle y el volcán"

Al final de Via Luigi Pirandello, la carretera que sube del mar al centro de Taormina se puede llegar con auto ( no recomendable) , caminando ( con un buen estado físico) o por un Funicular de costo accesible. Como he contado en anteriores post ese fue la forma en que elegimos subir, una vez llegados  la porta Messina que , marca la entrada a la calle principal, el Corso Umberto I, repleto de tiendas de ropa y de recuerdos, tiendas de antigüedades, y balcones vestidos de flores supimos que esta ciudad era encantadoramente bella. Al mediodía luego de visitar el Anfiteatro Griego y la gran atracción de la ciudad ( ver post anteriores) seguimos por Umberto I llegamos a la Plaza Vittorio Emanuelle II, construida sobre el antiguo foro romano, y que ahora alberga el palacio Corvaja del siglo XVI, sede del primer parlamento de Sicilia , y que combina una torre árabe del siglo X, decorada con piedra lávica y piedra pómez blanca, además de toques de gótico catalán. Actualmente es la sede de la Oficina de Turismo de Taormina y del Museo Siciliano de arte y tradiciones populares con  marionetas sicilianas, vestidos típicos, carruajes y gran variedad de piezas, entre ellas los ex-voti, ofrendas rústicas de pinturas vóticas en agradecimiento a la intervención divina en salvaciones “milagrosas” en multitud de variopintos sucesos accidentados. Nos llamó la atención especialmente un carruaje por la asombrosa intervención artística de su pintura. 

A la izquierda del palacio está la Iglesia de Santa Caterina, construida en el siglo XVII sobre restos aún visibles desde dentro del odeón romano, un mini-teatro que albergaba 200 plazas.
No es sencillo explicar la mistura de esta ciudad porque es una síntesis de todos los lugares, las culturas, la arquitectura, la gastronomía, y la naturaleza de todo lo que uno ha visto. Es una montaña pero también es el mar, es la pasta pero también el fruto de mar, y los olivos con los limoneros y las alcaparras. Es el balcón florido , la reminiscencia árabe y española. Los restos del imperio romano y la Grecia clásica. Las bougevillas o Santa Ritas mas grandes del mundo. Las paredes derruidas y las tiendas mas sofisticadas. Los balcones al majestuoso Etna y el olor a café. El escenario de una modelo de alta costura y un banco cualquiera con cuatro damas entradas en años charlando de la vida. Y el gelatto y el ir y venir de turistas que susurran todos los idiomas y ruge la Torre de Babel. 
Vista desde Piazza IX de Aprile

Continuamos hacia la Piazza IX Aprile, un mirador sobre el mar y el Etna. En ella la ex-Iglesia de San Agostino de 1486 hace las veces de Biblioteca, y sobre una escalinata, la barroca Iglesia de San Giussepe. Sobre la porta di Mezzo la torre dell’Orlogio despide la agitada plaza llena de turistas degustando los cafés más caros de Sicilia. No nos detuvimos en ella unos minutos a ver el Etna y la vista panorámica hacia el mar pero seguimos caminando porque vimos que en el cielo había nubarrones acercándose y la idea era llegar hasta el barrio antiguo. Y asi fue, esas callejuelas es donde la influencia árabe se hace mas definida que desembocan primero en la Iglesia de San Giovanni de Malta de 1533, en el Palacio Ciampoli, un edificio gótico-catalán de 1412  y más adelante en la Plaza del Duomo, con el Comune (ayuntamiento). Allí hay una fontana donde recargamos agua fresca  e hicimos una parada para descansar....y nos sucedió algo increíble. Había a un costado una pareja mayor que nosotros sentada también un poco agotada por el calor que se tornaba pesado e incluso desde el cielo se veían venir nubes oscuras. 
A la derecha la pareja con el agua mineral en la mano

La fuente en  estilo barroco , que también se llama Fontana cuatro por cuatro por las  columnas que se encuentran en las esquinas de la cuenca central y se rematan con caballitos de mar de cuya boca salía el agua que corría en las bandejas subyacentes  y en la  parte central se compone de dos tanques : uno debajo está soportado por cuatro querubines incómodos por encima de uno de los monstruos . Data de 1635. Pero lo cierto es que esa pareja nos preguntó si eramos argentinos. Durante un rato nos pusimos a charlar, eramos bastante vecinos y ellos estaban en un tour esos que se rigen por horarios estrictos. Nosotros les contamos que viajábamos así por nuestra cuenta porque disfrutábamos mas. Y enseguida nos dijeron: no dejen de hacerlo, nosotros estamos grandes y ya nos cuesta mucho viajar. El tiempo corre y estas son las cosas que no se olvidarán jamás. Hagan lo que mas puedan mientras son jóvenes. Y nos despedimos , increíblemente yo tenía los ojos llenos de lágrimas.. Andar por el mundo y encontrarse con gente de la aldea propia y establecer un vínculo tan estrecho en un lapso de tiempo tan estrecho es realmente extraño. La belleza de Taormina me había sensibilizado y este encuentro terminó de emocionarme fuertemente tal es así luego de despedirlos le pregunté a Wally si había sacado fotos o filmado porque yo solo viví la experiencia. 

Nos tomamos de la mano y llegamos al fin de la  Via Umberto hasta donde acaba en Porta Catania, donde un escudo aragonés de 1440 nos hace pensar que podríamos estar en cualquier zona del Levante Español. Que ciudad mas particular, el cielo se encapotó e hicimos el camino de vuelta casi corriendo para llegar al funicular pero increíblemente cuando llegamos a las tiendas de souvenirs que preceden a la estación ya no había nubes. Al bajar del funicular vimos la Isola Bella desde tierra y regresamos al hotel. Sin embargo , el último día de nuestra estadia en Sicilia decidimos subir al atardecer con el auto para conocer la zona de Castelmola que está aún mas arriba de Taormina y ver de alguno de sus miradores el Etna. Cuando estábamos llegando divisé al famoso volcán desde el auto que largaba una importante fumarola. El cielo estaba completamente rosa por el atardecer y el humo blanco no dejaba de asomar sobre el cielo despejado. Bajamos el del auto para tomar fotos y nos quedamos viendo esa maravilla durante un buen rato. 


atardecer en el Etna

La idea era subir un poco mas pero Wally recordó que justo donde terminaba la porta Catania había una calle que hacía de entrada a un hotel de gran categoría de Taormina y bajamos en busca de ella. Hay días que uno siente que todo se puede y por supuesto salimos a la calle que buscábamos y estacionamos sin cargo y caminamos por las calles mientras el final del día encendía las luces de la ciudad. Nos cruzamos con una top model europea en un set de filmación en plena Piazza IX Aprile , y desde el balcón al mar seguimos viendo a lo lejos a nuestra izquierda el Etna llenando de nubes el cielo y la diestra el mar con la vista de la bahía de Mazzaro hasta que se encendió la primera estrella. Y como es nuestra costumbre para despedirnos de los lugares que nos han hecho felices elegimos un lugar típico y allí con el mantel a cuadritos rojo y blanco nos sirvieron la pasta y el vino. Al día siguiente cruzaríamos a la península para subir las costas italianas por el Mar Adríatico. Somos muy agradecidos con la vida. Conocer Taormina fue un motivo para serlo eternamente. Y por supuesto....para volver alguna vez!



He compaginado un video con las fotos de que tomamos en esos días a modo de postales que no incluyen las del Anfiteatro Griego. Ojalá lo disfruten! A pasear por Taormina virutalmente!