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viernes, enero 20, 2017

Pampaneira el pueblo blanco de la Alpujarra Granadina




"El mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad , está en la forma de subirla." G García Márquez 



 Salimos muy temprano de Sevilla en un auto rentado que nos acompañaría en nuestra hoja de ruta que atravesaba España al medio hacia el Norte. 




La próxima parada era aún en Andalucía en la ciudad de Granada pero decidimos tomarnos el día para recorrer un poco los llamados "pueblos blancos" de la Alpujarra Granadina. El día era espléndido. Por esas cosas del destino y de los caminos seguimos la ruta hacia la Sierra Nevada. Tal vez porque blanco y nevado son sinónimos en mi cabeza. Lo cierto es que cuando llegamos a destino no había mas que una pista de esquí y la alpujarra granadina estaba ciertamente para el lado contrario. Estos episodios en los viajes ( que ciertamente nos ocurren poco dado mi característica de organizadora sería diría mi hija)  son de los que mas me gustan. En realidad nos gustan a los dos porque al contrario de perder el buen humor o preocuparnos nos divierten y nos enriquecen mucho. 


Luego de atravesar algunas zonas sinuosas muy sembradas, especialmente de olivas y vides,comenzamos a subir en una escarpada sierra que culmino a una altitud de 2075 mt en la Estación de esquí y montaña Sierra Nevada. Un lugar muy pintoresco pero por supuesto absolutamente desolado poco mas de las diez de una mañana de junio. 

Emprendimos el regreso y una vez abajo logramos ubicar la ruta que pretendíamos. 

. Era realmente una postal al igual que las rutas que además de estar en perfecto estado se las veía rodeadas de flores en cada curva. Era la Autovía 44 que se llama Sierra Nevada Costa Tropical viniendo desde Granada y en un momento salimos a la N 323 y comenzamos a subir el camino en este caso era verdaderamente empinado y lleno de curvas desde el inicio. Comenzaron a aparecer los pueblos, primero Lanjarón y luego Orgiva  que se presentó ante nosotros con un lago azul cristalino entre las montañas que se dejaba ver como una postal. Un poco después pasamos por la entrada del pueblo y le tomé a Wally una foto con el cartel que bien podría ser una meme. 



Cuando ya estabamos en lo alto de la montaña cada vez se angostaba mas el camino y comenzaron a anunciarse los primeros pueblitos propiamente colgados del barranco. Y decidimos parar en Pampaneira. El tramo desde la autovía hasta allí nos llevó casi dos horas dado que si bien es una cinta asfáltica los caracoles la hacen muy lenta teniendo en cuenta que solo esta a 66 km de Granada. 
Haré un poco de historia de estos pueblos. Cuando el Reino de Granada se rindió a los Reyes Católicos, muchos de sus habitantes se refugiaron en las Alpujarras y siguieron durante casi ochenta años con sus costumbres, su religión y su lengua. Eran los moriscos granadinos, que aguantaron en sus escarpadas montañas, hasta que Don Juan de Austria, enviado especial del Rey Felipe II, acabó con la violenta guerra que existía.
El despoblamiento posterior fue bastante generalizado y hubo que repoblar las tierras alpujarreñas con gentes provenientes del reino de Castilla, incluida la baja Andalucía. El topónimo de Pampaneira, al igual que otros de las Alpujarras terminados en "eira" proceden del romance andalusí o mozárabe y ya existían antes de la conquista castellana. 
Como se verá la historia de la humanidad se repite incansablemente en manos de los seres "humanos".

Pampaneira esta situada en el barranco de Poqueira, es junto a Bubión y Capileira, pueblos un poco mas arriba en la montaña a los que no llegamos a subir, un poco por la hora y otro porque suponíamos eran muy parecidos. Todos forman el conjunto Histórico Artístico que ha mantenido el aspecto berebere en la arquitectura de sus casas y sus calles. 
Tenga o no relación lo primero que surgió en mi cabeza fueron las armoniosas frases de la canción Pueblo Blanco de Serrat. Era realmente así. Comenzamos a caminar sus callejuelas y nos perdimos en un trazado de total asimetría donde las veredas podían no tener mas que el ancho del zapato y entre ambas las bajadas del agua de deshielo de las montañas. Pampaneira es la puerta del barranco. Un ejemplo de la arquitectura tradicional, bien conservada o restaurada. 
Conocida y famosa por sus fuentes, del Cerrillo, fuente agria de Sonsoles y sobre todo poder calmar la sed en el pilar de San Antonio( Chumpaneira), santo casamentero por excelencia. Pues como reza su leyenda: "No digas nunca de este agua no beberé, pues esta fuente que aquí ves, es fuente de la virtud y tiene tal magnitud que a beber su agua invita...Y soltero que la bebe con intención de casarse ¡no falla! pues al instante...novia tiene,¡ya lo ves".

Todas las fachadas de cal, las flores adornando

las casas ya que era plena primavera una explosión de hortencias y geranios en flor y el silencio del final de la siesta. Fuimos a un bar y nos sentamos en la vereda. Entré a buscar al mozo y ví un póster del Ché en la pared que me dejó sorprendida. Había una mesa de billar y era bastante antiguo. Tomamos unas cañas y comimos algunos bocadillos a la sombra de la calurosa tarde. Luego vimos como iban abriendo los locales muy turísticos pero no menos pintorescos. Siempre tendré la postal de este pueblo vista desde el barranco, colgado literalmente. 

Si van por Granada no dejen de visitarlos, si pueden hagan noche allí para saber que se siente vivir al menos un día en él. Aunque la invitación de ellos apenas entras al pueblo es que te quedes a vivir para siempre. Le dejo un video de imágenes

compiladas para que disfruten de sus paisajes. Vale la pena!




jueves, enero 19, 2017

Sevilla ( día 4): Panorámicas desde las alturas

Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.
He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.
A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.
(Pablo Neruda)

Llevabamos cuatro días en Sevilla, creíamos que ya habíamos visto todo lo mas importante. Sin embargo aún habría de sorprendernos. Quienes siguen este blog saben que nos encanta mirar las ciudades desde las alturas por lo cual ese día elegimos en principio subir a La Giralda.
La amplitud que uno puede tener de una ciudad vista desde arriba hace que sea interesante ya que permite ubicar en un rompecabezas imaginario cada pieza de lo que uno ha visto. Los miradores te conectan además con una mirada mas íntegra y mas libre. Es mas o menos como la vida, hay que tratar de elevarse para no creer que el mundo es aquel al que alcanzan nuestros ojos. Las dificultades toman otras perspectiva en nuestros días y las ciudades vistas de arriba también. En ambos casos es un gran ejercicio. 


La Giralda
Es bastante importante la subida aunque no tiene escalones sino una amplia rampa que lleva hasta su altura máxima. 
Pero si espectacular es por fuera, con sus 97, 5 metros de altura y coronada por el conocido como Giraldillo, que es la guinda del monumento, aún lo es más al pasar a su interior. Sus 35 rampas, lo suficientemente anchas para que pase un caballo, de hecho de ese modo lo hacía quien era el encargado de llamar a la oración en el período árabe del monumento y luego llevan a los 17 últimos escalones que nos situaran en la zona visitable del monumento.
Su campanario es impresionante al igual que sus relojes y las vistas de la ciudad son muy amplias. Personalmente me fascinó la vista de la Catedral de Sevilla con sus orígenes árabes y las posteriores construcciones cristianas que pueden verse en todo su esplendor desde allí.
Es bueno decir que si bien la subida es importante el hecho de que sea en forma de rampas lo hace muchísimo menos cansador y mas amable para quienes no tienen buen estado físico.

Datos útiles:
Este monumento, también Patrimonio de la Humanidad, como la Catedral y los Reales Alcázares que están en la misma zona, forma parte de la visita que se hace a la Catedral de Sevilla. Por tanto, el monumento tiene los mismos horarios y las mismas tarifas.
Lunes: de 11:00 a 15:30 (de 16:30 a 18:00 visita audioguiada gratuita con reserva anticipada. En español e inglés.
De martes a sábado: de 11:00 a 17:00
Domingo: de 14:30 a 18:00
Estos horarios pueden verse modificados debido a la celebración de actos de culto y actividades culturales. Confirmar en fuentes oficiales.
– Tarifas:
Entrada general : 8 €
Entrada reducida* 4 € : Pensionistas / Estudiantes menores de 26 años
Entrada gratuita* : Naturales o residentes en la Diócesis de Sevilla / Menores de  16 años acompañados por un adulto / Discapacitados y un acompañante / Desempleados



Otro lugar que está un poco mas hacia afuera del centro histórico pero que recomendamos muy especialmente son las Setas de Sevilla. 
Las Setas de Sevilla, también conocido como proyecto Metropol Parasol del arquitecto Jürgen Mayer, constituye la estructura de madera más grande del mundo y su construcción se llevó a cabo con el objetivo de renovar la Plaza de la Encarnación.

El monumento, gestionado por la constructora Sacyr, contiene CINCO niveles, en cada uno de los cuales se alberga una estancia. En el primer nivel se encuentra el Antiquarium o Museo Arqueológico, la Tienda Oficial Setas de Sevilla, un Punto de Información Turística de la ciudad junto a Past View y el acceso a los ascensores; en el segundo nivel encontramos el mercado y los locales de restauración; en el tercero, una plaza elevada para disfrute de la ciudadanía; en el cuarto nivel encontramos el arranque de la visita a las pasarelas, así como un pequeño bar y una zona de eventos de 500 metros cuadrados, y por último, en el quinto nivel, encontramos el Mirador a 28.5 metros de altura. Dicen que su construcción generó controversias por el alto costo y el fuerte contraste modernista con el resto de la ciudad. Sin embargo en nuestra opinión es completamente enriquecedor tanto por su valor arquitectónico, artístico y cultural. 
Todo es impactante pero el recorrido por las paralelas superiores es algo muy especial. Nosotros elegimos y recomendamos ampliamente que lo hagan al atardecer ( como nos recomendó nuestra hija Luciana) y hemos visto una de las puestas del sol mas magníficas de nuestra vida. Luego cuando comenzaron a encenderse las luces de la ciudad la felicidad era inexplicable. 
Caminar por cada pasarela es un hecho extraño en si mismo que tiene un efecto surrealista y la sensación de estar en una película de ciencia ficción. 
Cuando creíamos que esta ciudad ya nos había mostrado todo....aparecieron las setas al atardecer y allí una luna cuarto creciente luminosa en el cielo andaluz. Esos instantes en que la vida te sonríe y deberían detenerse para siempre. Esos que nunca son tantos como quisiéramos pero lo suficientemente fuertes para afirmar que la vida es bellísima. 



Esa noche volvimos caminando al centro histórico para disfrutar una vez mas de contemplar a La Giralda iluminada en medio de una callecita angosta y pasar por las Columnas Bodega de Santa Cruz del cual ya éramos habitúes. Los mozos con su  simpatía no hicieron sentir sevillanos por un rato largo de cañas y tapas. Una larga noche antes del día siguiente en que partimos a la Estación de Santa Justa a retirar el auto que nos llevaría a cruzar toda España por el camino de la Mancha pero primero visitaríamos la Alhambra de Granada y algunos otros sitios del territorio andaluz. Decirle adiós a Sevilla resulto algo muy difícil solo la promesa a nosotros mismos de volver nos atenuó la nostalgia.