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lunes, febrero 13, 2017

Segovia : la ciudad gótica donde vivió Machado

¡Aquellas horas, Dios mío, tejidas todas ellas con el más puro lino de la esperanza, cuando unos pocos viejos republicanos izamos la bandera tricolor en el Ayuntamiento de Segovia! (...) Con las primeras hojas de los chopos y las últimas flores de los almendros, la primavera traía a nuestra república de la mano.
Antonio Machado


Cuando dejamos Toledo para visitar Segovia el cielo comenzó a nublarse lo cual resultó un alivo dado que llevabamos diez horas de ruta con el sol ininterrumpido. Arribamos a Segovia eran alrededor de las 18 30 hs y apenas entramos a la ciudad el imponente acueducto romano declarado Patrimonio de la Humanidad al igual que la ciudad no tomó por sorpresa. Era muchísimo mas grande de lo que imaginamos. Caminamos hacia él como hipnotizados.



El Acueducto de Segovia, localizado en la emblemática plaza del Azoguejo, es el símbolo distintivo de la ciudad; se desconoce la fecha de su construcción, que pudo llevarse a cabo a finales del siglo I o principios del siglo II, y se trata de la obra de ingeniería civil romana más importante de España. Fue realizado con unos 25 000 sillares de granito unidos sin ningún tipo de argamasa, tiene una longitud de 818 metros en su parte más visible; aunque no hay que olvidar que su recorrido total es de unos 15km desde el azud de captación próximo al Embalse de Puente Alta. Consta de más de 170 arcos y su parte más alta mide 29 metros, medida que alcanza en el Azoguejo, su zona más visitada. Allí estábamos nosotros a sus pies. O a los pies de los romanos que han hecho del mundo occidental prácticamente todo lo que es. Mientras escribo estos datos numéricos me pregunto si podré trasmitir la magnitud de la obra pero creo que este es el tipo de lugares que hay que ver por uno mismo. 
Un dato no menor: todavía esta en uso!




Subimos hasta la parte superior al llamado Mirador del Postigo  que nos permitió una vista hermosa de la plaza y la edificación medieval de la ciudad. 

Luego salimos a recorrerla sin demasiado tiempo. A pocos metros pudimos ver la Loba Capitolina.Reproducción de la estatua de la diosa Luperca amamantando a Rómulo y Remo. La estatua original en los Museos Capitolinos de Roma. Esta copia fue donada por Roma a la ciudad de Segovia en 1974, coincidiendo con el bimilenario del formidable acueducto romano de esa capital castellana. La estatua se encuentra ubicada precisamente tras el acueducto.





Nos internamos en esa ciudad amurallada de fachadas ocres y tejados rojos tan gótica como pocas, pero nos vino al recuerdo la hermosa Bologna en Italia. Primero por la calle de los Caballeros que tienen su barrio homonino lleno de casas donde vivieron los nobles. Caminamos por la calle Serafín hasta la plaza donde se encuentra la Catedral de la ciudad. La Plaza Mayor tiene una glorieta en el medio y ese día se festejaba algo pues estaba montado un escenario donde tocaban músicos locales. Está rodeada de restaurantes y bares de tape. Y desde ella se puede observar la distintas vista de la Catedral y las construcciones aledañas. 

Aunque en tiempos de la Restauración borbónica se llamó Plaza de la Constitución, y después de la última guerra civil, se denominó plaza de Franco, hasta que con la vuelta a la democracia volvió a titularse oficialmente como todo el mundo la conoce. Junto a la plaza del Azoguejo, es el corazón de la ciudad de Segovia.


La plaza está delimitada por el ábside de la catedral y por la nueva iglesia de San Miguel, la que sustituyó a la anterior del mismo nombre, que se derrumbó en 1532, ubicada en una dirección diferente a la que tuvo en origen. La Plaza Mayor se encuentra en el centro del caserío amurallado y en ella se emplaza la Casa-Ayuntamiento, que para eso es Plaza Mayor.
La catedral de Santa María es la última catedral gótica que se construyó en España. Está considerada como la obra maestra del gótico vasco-castellano y se la conoce como “La Dama de las Catedrales”. Se trata de la tercera catedral de la ciudad, y conserva el claustro de la segunda, ubicada frente al alcázar y destruida durante la Guerra de las Comunidades en 1520. Fue consagrada en 1768 y tiene unas dimensiones de 105 metros de largo, 50 de ancho y 33 de altura en la nave central; consta de 18 capillas y dispone de tres puertas de acceso: la del Perdón, la de San Frutos y la de San Geroteo, primer obispo de la diócesis.

El teatro Juan Bravo es el teatro principal de la ciudad de Segovia inaugurado el 26 de octubre de 1918, se sitúa también en la Plaza Mayor segoviana, en el mismo lugar que anteriormente habían ocupado el teatro de La Zarzuela y el cine Reina Victoria. Recibe su nombre del líder comunero local.
Luego nos adentramos en la judería la fecha de 1215 es la que marca inequívocamente la presencia judía en Segovia, no obstante esta presencia habría que remontarla hasta finales del siglo XI.

Los lugares donde existió asentamiento de población judía  estaban en torno a la actual plaza de la Merced y las parroquias de San Miguel y de San Andrés, todos ellos dentro de la ciudad amurallada. 
Nos hubiera gustado seguir hasta el Alcazar y las puertas de las murallas pero ya caía la tarde y debíamos llegar a Madrid. Sin embargo pasamos por la única Casa-Museo del poeta Antonio Machado, ubicada en el actual número 5 de la calle Desamparados, en pleno centro de la ciudad. En esta antigua pensión se pueden encontrar retratos de Machado, sus muebles, recuerdos o imágenes de Leonor y Guiomar; en definitiva, la memoria de sus pasos por la ciudad... Allí vivió 12 años , llegó en noviembre de 1919 considerándose una de las etapas más creativas de su vida. Aquí escribió gran parte de su obra teatral, creó dos de sus personajes más famosos (Juan de Mairena y Abel Martín) y conoció a su nueva musa, Guiomar, con la que se reunía los fines de semana en Madrid. Fue profesor de francés y con otros intelectuales fundo la Universidad Popular Segoviana. 

De camino a donde estacionamos el auto pasamos por la Iglesia de San Esteban cuya arquitectura se eleva en el paisaje .Es un templo románico construido originalmente en el siglo XII. Destaca por su torre de 56 metros de alto, la más alta de este estilo en la península ibérica.
La iglesia, situada en la plaza del mismo nombre de la ciudad, posee un pórtico en la fachada meridional con diez arcos y capiteles adornador con grabados medievales. 
Segovia a vuelo de pájaro alcanzó para que deseáramos verla nuevamente. Nos dejó con ganas. Toda es opaco color que da el gótico se veía contrarrestado por la alegría de la gente que paseaba en sus calles y colmaba las mesitas de lo bares de tapas. Tal vez sea que ese casco histórico al estar amurallado aún puede mantener ese halo medieval intacto. De las ciudades que mas nos han gustado y a la que seguramente volveremos alguna vez. 
Las ventajas de viajar en verano por el hemisferio Norte entre otras cosas es que los días son largos muy largos. Emprendimos la ruta hacia Madrid , aproximadamente unos 90 km 
Y aún de día llegamos a la capital española. Nuestro hotel se encontraba en la Gran Vía a pocos pasos del Corte Ingles pero su entrada estaba por la calle que la perpendicular a pocos metros. Era el Hotel Arosa en la Calle de la Salud 21.  
El tránsito era infernal, hacía mucho calor y una vez que ubicamos la callecita ya era de noche y comenzamos a dar vueltas para lograr estacionar cosa que era realmente imposible. Wally dijo "después de casi un mes me siento otra vez en Buenos Aires"....bastante molesto por el tráfico.  Los dos días que estaríamos en Madrid era claro que prescindiríamos del auto pero donde aparcarlo teniendo en cuenta que los valores eran altísimos. Finalmente dejamos el auto en la puerta del hotel y le pedimos en el check in que nos permitiera bajar las cosas y en un rato bajaríamos a buscar donde dejarlo. Así fue que aproximadamente a las 22 hs empezamos a recorrer Madrid y afortunadamente nos cruzamos con unos muchachos que tomaban una cerveza en una esquina a quienes le preguntamos donde estaba permitido estacionar. Nos sugirió que fuéramos hasta la Estación de Metro de Aluche un poco fuera de la ciudad a unos 40 minutos de metro. Allí había un amplio estacionamiento que se llenaba solo los domingos cuando estaban los puestos de los vendedores del Mercado de Aluche. Además una enorme estación de servicio lo flanqueaba. Era viernes y hasta el domingo que arrancábamos hacia el País Vasco podía quedar allí, era seguro y sin costo. Con alguna dificultad logramos llegar a destino. Dejamos el auto allí y esperamos el bus que nos llevó hasta la Gran Vía. Ese día habíamos partido de Granada, habíamos hecho playa en Marbella, recorrido parte del Camino de La Mancha, visitado Toledo y Segovia y a las 2 de la madrugada caímos rendidos en la cama del hotel de Madrid. Cansado pero muy felices después de un día grabado en las retinas para siempre. España nos estaba conquistando y aún faltaba mucho por ofrecernos a nosotros que viajamos con el corazón abierto de par en par.