“Cuando siento una necesidad de religión, salgo de noche y pinto las estrellas”. Van Gogh
Muy temprano nos fuimos de Aix en Provence en dirección a Avigñon, allí haríamos base para recorrer distintos lugares provenzales que nos interesaban. Las motivaciones mas importantes eran seguir los caminos de Van Gogh y visitar los campos de lavandas. Todo aquello resultó mucho mas intenso de lo que pensábamos. Esta región del sur de Francia entre los pequeños Alpes y el Mediterráneo es francamente inagotable. Todo es bello e interesante y creo que no es difícil entender porque grandes artistas , tanto pintores como escritores la eligieron para inspiración
durante muchos períodos de su vida.
El sol en verano es verdaderamente intenso y luminoso. Los colores son muy encendidos. Los campos a la vera de las rutas llenos de flores silvestres multicolores entre las que revolotean mariposas hacen la delicia de los trayectos.
A esta altura del camino elegimos mas de una vez no usar las grandes autovías. Ademas de ahorrar
algunos euros el enclave de las rutas internas , todas perfectamente asfaltadas y señalizadas, nos permitieron disfrutar de cosas que no hubieran sido posibles. Como detenernos a tomar un café en pueblos medievales donde el turismo masivo no llega y disfrutar de la pattiserie del barrio.
Nuestra primer parada prevista en nuestra hoja de ruta fue : Les Baux de Provence. El pueblo medieval de Les Baux-de-Provence se alza en mitad de la carretera que cruza las colinas de Les Alpilles muy cerca de Saint Remy de Provence.
Entre Aviñón, Aix-en-Provence y Marsella, la llanura que nace en el Ródano sólo es rota por estas pequeñas estribaciones de los Alpes, Les Alpilles y su continuación el pequeño Macizo del Luberon ( allí llega riamos unos días despumes en busca de campos de lavandas).
Muchos pueblos provenzales y la naturaleza son atractivos en la zona pero Les Baux de Provenza se lleva el premio al mas visitado. En primer lugar gracias a su entorno escarpado y abrupto, al que se llega por una corta pero dura subida a través de los pinares y las afloraciones calcáreas. La piedra fue explotada hasta el siglo pasado y aquí el geólogo Pierre Berthier descubrió el mineral que nombró bauxita en honor al lugar de su descubrimiento en 1821.
En segundo lugar su historia, fortaleza medieval de importancia que sólo será desmantelada en el siglo XVII por Luís XIII. De este período quedan numerosos monumentos como el castillo ducal y las murallas y torres defensivas. Y en tercer lugar por la cultura y las referencias artísticas que les Baux de Provenza han provocado en literatos, músico y artistas.
Los poetas y novelistas provenzales del XIX investidos por el romanticismo cantaron odas al pasado medieval. En mi opinión diré que no defrauda pero que es un lugar en junio sobreexplotado por el turismo y entonces suele ser difícil disfrutar el lugar. Ya no podría un poeta permanecer allí entre medio del gentío escribiendo lírica bucólica seguramente. Pero el pueblo es precioso y no puede faltar si vienen por la ruta de la provenza.
Luego de una recorrida bajo el rayo del sol provenzal del último día de junio retomamos camino para detenernos unos kilómetros adelante en lo que forma parte de Saint Remy pero está sobre el camino. Me refiero a Glanum,
Glanum fundada en el siglo VI aC se convirtió en una ciudad formalmente Romana en el siglo 27 aC y abandonada en el siglo 260 dC. Se encuentra en un flanco de Les Alpilles (los pequeños Alpes) Estos dos monumentos romanos del siglo I aC se conocen como Las antigüedades y son Mausoleo de los Julios ( del 40 a C y un Arco del Triunfo (el más antiguo de Francia) y en él se o Les Antiques muestran relieves de la Galia vencida, con representaciones de hombres y mujeres celtas encadenados, o un personaje galo-romano, vestido con toga romana y una túnica gala, que muestra al público a un guerrero galo encadenado. La ornamentación está también acompañada de frutas y follajes, símbolos de la abundancia. Es difícil explicar la sensación que representa estar frente a ellos rodeados del paisaje provenzal. Existe una excavación arqueológica muy cerca que puede visitarse pero Les Antiques son la gran atracción. Por su estado de conservación después de más de dos mil años y también porque allí erguidos frente al mundo nos recuerdan que alguna vez los hombres que pasaron por el mundo quisieron dejar su huella y su legado con mucha determinación. Tanta...que nada los derribó. Será que aún tienen mucho que enseñarnos.
En principio a respetar la memoria de nuestros ancestros.
Este sitio nos impactó muchísimo, además de ser los únicos que caminábamos por allí tuvimos la tranquilidad de observar cada detalle con asombro y fascinación. Una vez mas es imposible no sentir que todos somos un poco romanos en este lado del mundo. Y el sentimiento provoca una mezcla de orgullo y emoción
Muy temprano nos fuimos de Aix en Provence en dirección a Avigñon, allí haríamos base para recorrer distintos lugares provenzales que nos interesaban. Las motivaciones mas importantes eran seguir los caminos de Van Gogh y visitar los campos de lavandas. Todo aquello resultó mucho mas intenso de lo que pensábamos. Esta región del sur de Francia entre los pequeños Alpes y el Mediterráneo es francamente inagotable. Todo es bello e interesante y creo que no es difícil entender porque grandes artistas , tanto pintores como escritores la eligieron para inspiración
durante muchos períodos de su vida.
El sol en verano es verdaderamente intenso y luminoso. Los colores son muy encendidos. Los campos a la vera de las rutas llenos de flores silvestres multicolores entre las que revolotean mariposas hacen la delicia de los trayectos.
A esta altura del camino elegimos mas de una vez no usar las grandes autovías. Ademas de ahorrar
Nuestra primer parada prevista en nuestra hoja de ruta fue : Les Baux de Provence. El pueblo medieval de Les Baux-de-Provence se alza en mitad de la carretera que cruza las colinas de Les Alpilles muy cerca de Saint Remy de Provence.
Entre Aviñón, Aix-en-Provence y Marsella, la llanura que nace en el Ródano sólo es rota por estas pequeñas estribaciones de los Alpes, Les Alpilles y su continuación el pequeño Macizo del Luberon ( allí llega riamos unos días despumes en busca de campos de lavandas).
Muchos pueblos provenzales y la naturaleza son atractivos en la zona pero Les Baux de Provenza se lleva el premio al mas visitado. En primer lugar gracias a su entorno escarpado y abrupto, al que se llega por una corta pero dura subida a través de los pinares y las afloraciones calcáreas. La piedra fue explotada hasta el siglo pasado y aquí el geólogo Pierre Berthier descubrió el mineral que nombró bauxita en honor al lugar de su descubrimiento en 1821.
En segundo lugar su historia, fortaleza medieval de importancia que sólo será desmantelada en el siglo XVII por Luís XIII. De este período quedan numerosos monumentos como el castillo ducal y las murallas y torres defensivas. Y en tercer lugar por la cultura y las referencias artísticas que les Baux de Provenza han provocado en literatos, músico y artistas.
Los poetas y novelistas provenzales del XIX investidos por el romanticismo cantaron odas al pasado medieval. En mi opinión diré que no defrauda pero que es un lugar en junio sobreexplotado por el turismo y entonces suele ser difícil disfrutar el lugar. Ya no podría un poeta permanecer allí entre medio del gentío escribiendo lírica bucólica seguramente. Pero el pueblo es precioso y no puede faltar si vienen por la ruta de la provenza.
Luego de una recorrida bajo el rayo del sol provenzal del último día de junio retomamos camino para detenernos unos kilómetros adelante en lo que forma parte de Saint Remy pero está sobre el camino. Me refiero a Glanum,
Glanum fundada en el siglo VI aC se convirtió en una ciudad formalmente Romana en el siglo 27 aC y abandonada en el siglo 260 dC. Se encuentra en un flanco de Les Alpilles (los pequeños Alpes) Estos dos monumentos romanos del siglo I aC se conocen como Las antigüedades y son Mausoleo de los Julios ( del 40 a C y un Arco del Triunfo (el más antiguo de Francia) y en él se o Les Antiques muestran relieves de la Galia vencida, con representaciones de hombres y mujeres celtas encadenados, o un personaje galo-romano, vestido con toga romana y una túnica gala, que muestra al público a un guerrero galo encadenado. La ornamentación está también acompañada de frutas y follajes, símbolos de la abundancia. Es difícil explicar la sensación que representa estar frente a ellos rodeados del paisaje provenzal. Existe una excavación arqueológica muy cerca que puede visitarse pero Les Antiques son la gran atracción. Por su estado de conservación después de más de dos mil años y también porque allí erguidos frente al mundo nos recuerdan que alguna vez los hombres que pasaron por el mundo quisieron dejar su huella y su legado con mucha determinación. Tanta...que nada los derribó. Será que aún tienen mucho que enseñarnos.
En principio a respetar la memoria de nuestros ancestros.
Este sitio nos impactó muchísimo, además de ser los únicos que caminábamos por allí tuvimos la tranquilidad de observar cada detalle con asombro y fascinación. Una vez mas es imposible no sentir que todos somos un poco romanos en este lado del mundo. Y el sentimiento provoca una mezcla de orgullo y emoción
Nos fuimos de allí e ingresamos a la ciudad de Saint Remy de Provence sin rumbo y nos perdimos caminando entre las calles de su centro histórico y de pronto en el número 6 de la Rue Hoche encontramos una placa recordatoria frente a la puerta de una casa donde nació Michel Nostra Damus mas conocido por sus profesias de Nostradamus. Que además fue médico, astrónomo y astrólogo, un hombre de ciencias de su época. Afortunadamente las calles estaban casi vacías porque ya el sol del mediodía se hacía sentir. Las tiendas dentro del enclave medieval son encantadoras. Nos detuvimos a almorzar un menu de mediodía en un lindo bar frente a la plaza de la ciudad y con 14 euros disfrutamos de la excelencia de la cocina francesa. Luego decidimos ir caminando al lugar que nos había llevado hasta allí, aproximadamente unos dos kilómetros que resultarían tan inolvidables como conmovedores.
El camino marcaba hacia afuera del centro una ruta señalada con reproducciones de cuadros de Van Gogh frente a paisajes que él había pintado y también con unos botones de bronce en el empedrado con el nombre "Vincent". Todo indicaba que estábamos en el camino correcto.
Cuando Vincent pintó "La noche estrellada" se encontraba ingresado en el hospital para enfermos mentales de Saint Paul de Mausole, situado al sur de Saint Rémy justo a los pies de la cadena montañosa de los Alpilles. Allí llegamos en nuestro periplo por la Provenza Francesa.
Porque nuestra meta principal era seguir la ruta de los impresionistas pero fundamentalmente de Van Gogh. Hemos tenido el privilegio de ver la obra original en Nueva York . En esta oportunidad estuvimos en la habitación donde la creo. Allí se conservan los austeros muebles y su atril con los óleos resecos.
Nos conmovió profundamente cada tramo de esta ciudad que permite ver los paisajes que inspirarán al genio holandés.
Nos conmovió profundamente cada tramo de esta ciudad que permite ver los paisajes que inspirarán al genio holandés.
La luminosidad del sol en el sur de Francia explica en parte esos estallidos de color en su arte. Aún recuerdo mirar por la ventana de su dormitorio el jardín de lavandas y sentir
una emoción tan profunda...es inevitable pensar que sus ojos ponían la mirada allí! El arte lo trasciende todo...época, historia y el capricho de un segundo eterno y frágil. Como no amar el arte! Como no amar la vida ! un eco de cada artista que deja una huella de belleza en este mundo!
una emoción tan profunda...es inevitable pensar que sus ojos ponían la mirada allí! El arte lo trasciende todo...época, historia y el capricho de un segundo eterno y frágil. Como no amar el arte! Como no amar la vida ! un eco de cada artista que deja una huella de belleza en este mundo!
No hemos vuelto a ser los mismos después de aquel día porque de algún modo si un viaje te modifica es porque te vuelve mas universal, mas amplio, mas humano.
Retornamos un poco cansados la senda hasta el auto (unos 4 kilómetros), incluso hicimos dedo pero nadie nos levantó, algunos autos eran muy sofisticados. Sin embargo estábamos exultantes de felicidad y cansancio. Nuestro camino seguía hasta Avignon pero nuestro corazón por unas horas siguió latiendo en aquel dormitorio donde el genial pintor holandés observaba entre la locura y la luz desde su ventana la noche estrellada.
Les dejo un video de unos minutos referente a los lugares que describimos en este posteo.
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