sábado, julio 07, 2007

Isla Negra, la morada de Neruda

Embarcamos en un vuelo de la KLM que haría su primera escala en Santiago de Chile, nuestro destino turístico. El paquete contaba con una visita a Valparaíso y a Viña del Mar más un city-tour por la capital. Mientras cruzábamos la Cordillera de los Andes, el piloto tuvo la amabilidad de indicarnos que a nuestra derecha se podía observar el pico del Aconcagua, el más alto de la cadena montañosa. Era realmente un privilegio que el cielo estuviese tan azul como para enmarcar semejante espectáculo visual. Con sus altos picos nevados la cordillera se veía imponente. El boeing que llegó alcanzar los once mil metros de altura, nos informó del descenso que realizaba para que nos deleitáramos con las imágenes. Aterrizamos en la capital chilena un par de horas después en un viaje apacible y sin sobresaltos. Una soleada tarde de octubre nos daba la bienvenida. La misma en que realizamos una visita guiada a la ciudad y cenamos ,por nuestra cuenta, en un restaurante del Santiago Poniente una exquisita parrillada de mariscos servida sobre una enorme plancha como la que acá usamos para cocinar bifes. Al día siguiente visitamos las ciudades mencionadas. Valparaíso es una ciudad portuaria, declarada Patrimonio de la Humanidad ante la UNESCO. Posee una arquitectura única y pintoresca de cerros y ascensores que se entrelazan frente a la ojos del que la recorre. Viña del Mar es llamada “Ciudad Jardín” por sus hermosos parques y jardines, cuenta con hermosos balnearios y restaurantes frente al mar así como también el fantástico anfiteatro natural donde se desarrollan importantes eventos. Finalmente llegó el día libre en el cual realizamos nuestra propia maratón. Alquilamos un auto y por la mañana salimos por Av. Los Condes hacia una desviación a la derecha que nos llevaría hacia la montaña. A 47 Km., se encuentra Valle Nevado un paraíso aún cubierto de nieve a pesar de la época, con un único complejo hotelero realmente de madera y ensueño. Por la tarde emprendimos la ruta contraria, de regreso a Santiago desviamos hacia el mar por la ruta 68 los 120 Km., que nos llevarían a Isla Negra. A la altura de Casa Blanca y tras desviarse hacia Algarrobo se encuentra este pintoresco balneario que alberga el Museo Casa de Pablo Neruda. Por un momento mientras manejaba por la autopista en la monotonía de la velocidad máxima permitida (cien kilómetros por hora) me invadió un extraño sentimiento. Y cual túnel del tiempo, el recuerdo de Neruda me tomó por asalto. Isla Negra es una playa que se encuentra aproximadamente a cuarenta kilómetros al sur de Valparaíso. No es una isla y lo único negro son las rocas acantiladas que emergen de la tierra en las costas. Cuando arribamos, el sol que moría en el horizonte del Pacifico provocaba rompientes olas de un increíble color aguamarina. El poeta había nacido un 12 de julio de 1904 en un pueblo de Chile llamado Parral. Llevaba por nombre Neftalí Ricardo Reyes Basoalto y dicen las malas lenguas que su seudónimo se debe a una actitud defensiva de su adolescencia, frente a un padre que no estaba en absoluto de acuerdo con que su hijo fuera escritor. De pronto, mientras caminamos su “casa-museo” creo escucharlo: “La gente cree que nací en Temuco – dice- pero no es así. Mi padre se trasladó allí cuando yo tenía menos de dos años y hasta los 17 años en que me decidí vivir en Santiago para estudiar el profesorado de francés permanecí en esa ciudad. “
Temuco, su pueblo de la infancia, era un paraje austral y pobre de la araucaria. Los bosques y las lluvias durante meses enteros marcaban el entorno. “La lluvia caía en hilos como largas agujas”.
Mientras recorremos el living, enormes mascarones de proa nos observan desde las paredes. Un hobby que le acompañó durante años. Los coleccionaba, pero también los amaba. Hay caracolas, mapas, botellas de todos los tamaños. Todo es turquesa, verde, aguamarina, azul, celeste. Sin embargo, el escritorio resulta el lugar con más vida de la casa. La mirada del poeta que ya no esta siento que se da cuenta que estoy observando el mar como encantada. Paredes de vidrio, hacen, que la vista de esta casa, compuesta por varias estancias de madera con techo de chapa a dos aguas un poco por encima del nivel del mar, sea tan bella como indescriptible. Otra vez me habla: “¿Ve mi escritorio?- me pregunta. Una tarde estaba con Matilde y desde aquí lo vi, venía del mar y yo como le temo un poco esperé que se acercara bien a la orilla para recogerlo”. Hablaba de una tapa de bodega de barco que naufragaba por estas playas hace ya tiempo. Luego fue su escritorio.
Toda la poesía de Neruda está atravesada por la presencia marina. Imágenes y símbolos que tienen que ver con el misterio y el movimiento del mar. También este lugar donde eligió vivir estos últimos años junto a su tercera esposa Matilde Urrutia.
Un bote encallado en la parte exterior de la casa, casi en la playa hace que imagine su vocación de marino. “No soy marino ni navegante, es mas, temo mucho al agua. En ese bote invito a mis amigos con algo de beber y les demuestro que uno puede marearse, sin necesidad de navegar”
Con una cordialidad exquisita su recuerdo me invita a salir hacia la galería del jardín bajo la cual se puede ver una locomotora antigua que describe así: “Tan poderosa, una cosechadora de maíz, tan procreadora y silbadora y rugiente y atronadora....la quiero porque se parece a Walt Whitman”. El sonido del mar encrespado por el final del atardecer tal vez esté haciendo honor al nombre del primer libro que publicara allá por 1923 : Crepusculario.
Es difícil dejar este lugar, tan luminoso. Si existe un lugar en el mundo, no lo dudo, es Isla Negra. Tan abarrotado de objetos y colecciones de escarabajos y extrañas figuras. Tan barroco. Es posible que fuese más sencillo para este hombre escribir versos y panfletos que reunir todo esto.
Mientras me despido, un busto del pirata Morgan me mira desde el comedor: Lo compró en Paris – dice la guía- El anticuario no quería vendérselo pero cuando escuchó que él era chileno le preguntó si conocía a Pablo Neruda y así lo pudo convencer que se lo vendiera.
Sonrío, y agradezco formalmente la visita guiada y aunque parece un elogio desmedido le digo que por momentos fue como si el propio Pablo hubiese estado allí contándonos todo esto. .
Antes de irnos caminamos un rato por la playa y visitamos la tumba donde yace el poeta y su último amor Doña Matilde. El lugar es increíblemente bello, frente al mar, entre hermosas hojas de pequeñas coníferas. Allí moran los restos del gigante poeta. Y nuevamente confundo el sueño y la vigilia. Siento su cercanía en el aire que golpea mi rostro, en el sonido inmenso del mar… Es tiempo de volver, mientras desandamos el camino hasta la ruta, algo del poema 18 que tanto he leído, retumba en mi cabeza, es casi una descripción de ese momento y de ese lugar: “Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos/ Pero la noche llega y comienza a cantarme/ La luna hace girar su rodaje de sueños / Me miran con tus ojos las estrellas mas grandes / Y como yo te amo, los pinos en el viento/ quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre”. Esto es Isla Negra, la morada de Neruda.

3 comentarios:

  1. Anónimo12:02 a.m.

    No soy marino ni navegante, es mas, temo mucho al agua. En ese bote invito a mis amigos con algo de beber y les demuestro que uno puede marearse, sin necesidad de navegar”

    Gracias Lili por contarme con tanta delicadeza de narración tu vivencia en la Isla Negra.
    Gracias por el combo: escuchar la voz del MAESTRO .............
    Gracias por aclararme algunas incógnitas como por ejemplo su verdadero nombre, la anécdota de París, "la historia que te contó al oído acerca del origen de su escritorio"
    Espero que algún día....... algún avión primero y luego un autito de alquiler me permitan llegar y cumplir el sueño.
    Estábamos planeando el viaje a Chile con unos amigos desde 03/07 y zassssssss comenzaron los inconvenientes de salud que vos conoces y que aun perduran y ya no pudimos movernos con tranquilidad.
    Pero....... bueno....... será en marzo próximo pero estoy segurísima que será!!!!!!!!

    Que lujo para Doña Matilde haber sido inspiradora de tantas delicias escritas
    Que exquisita su vida, su retiro, tooodo.
    No podía creer lo que estaba viendo en el video........... realmente....... ESPECTACULAR
    Mil gracias Lili)o)
    Grace

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  2. Como andás Lili ? Todo Ok ?
    Que lindo viaje te mandaste....claro a Uruguay no venís no ? , no sea cosa que te contaminemos con la celulosa..jaja.
    No sabía que te gustaba Neruda...
    Sino te hubiese mostrado una foto en donde estoy sentado en su falda con 2 o 3 años. Mi tio ( que era un medico muy famoso) era muy amigo de él , porque tenia casa en Atlantida , u lugar donde Neruda pasó muchos años junto a su amante que no me acuerdo como se llamaba.
    Hasta tengo un libro de poesias autografiado por el.
    Te dejo un link que seguro te va a interesar.... y cuando vengas por acá te llevo a conocer su casa.
    No será tan galmorosa como la de Isla negra, pero te juro que te va a parecer ver escribir al poeta en su escritorio junto a una ventana que da a al mar...
    Un beso....

    http://www.portalx.com.uy/neruda/index.html#b

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  3. Que envidia!!! Quiero ver tu foto ya!!! Gracias por el vínculo para ver la casa en Uruguay. Me imagino que es un orgullo tenerla. Y algún dia la visitaré sin falta.
    Cariños,
    Lili :o)

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