viernes, agosto 04, 2006
Algo mas que el Pasaje Barolo
Los otros días , bajo el gris y frío aspecto que lucía la ciudad de Buenos Aires, acompañé a mi hijo menor al médico. El consultorio según rezaba en la cartilla quedaba en la calle Av de Mayo al 1200. Fuimos en el subte y bajamos en la estación homónima. Llegamos unos quince minutos antes y para hacer tiempo se me ocurrió mirar hacia el lado del Congreso buscando un edificio alto que alguna vez había tenido que investigar a raíz de una nota periodística hacía ya bastantes años. Y por supuesto, lo encontré. Una mole de 14 pisos mas un imponente cúpula era imposible no reconocer. Se llama Pasaje Barolo y está al 1300 de la misma avenida.
El primer "rascacielos" de nuestra ciudad fue financiado por el empresario italiano Luis Barolo, se inauguró en 1922 y durante trece años fue el edificio más alto de Buenos Aires, hasta la construcción del Kavanagh en 1935. Con los pisos superiores destinados a oficinas, el edificio se caracteriza por el pasaje comercial que, en planta baja, une el frente de Avenida de Mayo con el de la calle Hipólito Irigoyen, creando un espacio de escala monumental desde el que se accede a escaleras y ascensores.
El Palacio Barolo conserva en funcionamiento sus once ascensores, diseñados especialmente, y también su faro de 300 mil bujías en la cúpula, que sigue encendiéndose en ocasiones especiales (en 1923 anunció a la ciudad el resultado de la histórica pelea de boxeo entre Firpo y Dempsey), y su luz se alcanza a divisar desde Uruguay. A propósito, allí tambien hay una réplica del mismo que se contruyó con el nombre de Salvo.
Recorrimos con Luis, los primeros pisos por escalera y luego subimos por el ascensor que nos llevó hasta el piso 14 donde tomamos las escaleras para continuar. La vista de la ciudad que teníamos de las ventanas que aparecían en las curvas de las escaleras era increíble. Ya en el piso 16 nos cruzamos con oficinas que, dicen, tienen vistas privilegiadas a través de enormes ventanales de la ciudad. Un ascensor mas pequeño lleva hasta la cúpula-faro. Pero ese no nos fue permitido acceder. Mario Palanti , el arquitecto que lo diseñó, se destacó por su cuidado por el detalle, como por ejemplo sus citas personales en latín, muchas referidas a la Divina Comedia de Dante Alighieri, poeta al que admiraba tanto que el célebre arquitecto hizo coincidir la apertura de su edificio con el aniversario de Dante. En este edificio, estuvo durante muchos años y hasta su desaparición la legendaria agencia de noticias Saporitti. Le prometí a mi hijo mientras lo recoríamos que buscaría la información mas exacta de las cuestiones que le interesaron mucho. Lucho, como le dicen sus amigos tan adolescentes como él, está transitando a pleno esta etapa de su vida. Haber disfrutado juntos este ratito fue realmente un hallazgo. No solo por lo que nos reímos y nos asombramos recorriendo el lugar sino también por su interés en cuestiones tan ajenas a su habitual recorrido del cole a la compu y de la compu al ciber....En fin, esta ciudad es tan mágica que no deja jamás de sorprendernos. Es cuestión de estar atentos...para no perderse una nueva oportunidad, esa que nunca falta pero a veces no vemos.
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