sábado, noviembre 05, 2016

Sevilla: (día 1) Amor a primera vista


"...Me acordaba de aquel paisaje tranquilo, reposado y luminoso en que la rica vegetación de
Andalucía despliega sin aliño sus galas naturales. Como si hubiera ido en un bote corriente
arriba, vi desfilar otra vez, con ayuda de la memoria, por un lado la Cartuja, con sus
arboledas y sus altas y delgadas torres; por otro, el barrio de los Humeros, los antiguos
murallones de la ciudad, mitad árabe, mitad romanos; las huertas con sus vallados cubiertos
de zarzas y las norias que sombrean algunos árboles aislados y corpulentos, y, por último,
San Jerónimo... Al llegar aquí con la imaginación, se me representaron con más viveza que
nunca los recuerdos que aún conservaba de la famosa venta, y me figuré que asistía de
nuevo a aquellas fiestas populares y oía cantar a las muchachas, meciéndose en el
columpio, y veía los corrillos de la gente vagar por los prados, merendar unos, disputar los
otros, reír éstos, bailar aquellos, y todos agitarse, rebosando juventud, animación y alegría.
Allí estaba ella, rodeada de sus hijos, lejos ya del grupo de las mozuelas, que reían y
cantaban y allí estaba él tranquilo y satisfecho de su felicidad, mirando con ternura,
reunidas a su alrededor y felices, a todas las personas que más amaba en el mundo: su
mujer, sus hijos, su padre, que estaba entonces, como hacía diez años, sentado a la puerta
de su venta, liando impasible su cigarro de papel, sin más variación que tener blanca como
la nieve la cabeza, que antes era gris..." La Venta de los Gatos, Gustavo A. Becquer



Hotel Becquer
Dejamos Palma de Mallorca una mañana soleada y cálida en un vuelo hacía Sevilla. No tenía demasiada expectativa en lo personal en aquella visita razón por la cual habíamos programado estar dos días uno de los cuales era el cumpleaños de Wally. Sin embargo nos fuimos antes de Palma y cansada de tantos consejos y recomendaciones agregamos dos días mas. Viajar es un gran paralelismo con vivir. Cuando menos crees que algo te apasionará mas lo hace. Cuando pones muchas ansias en algo suele desilusionarte. Aquí les contaré como fue que Sevilla nos enamoró para siempre. No fue un amor puramente poético y romántico. Fue fuego, pasión y locura.
Elegimos un hotel de cuatro estrellas llamado Becquer ubicado en el número 4 de la calle Calle Reyes Católicos, a un par de calles del Puente de Isabel II,

Cuando estábamos por aterrizar el comandante advirtió que era un hermoso día en la ciudad y la temperatura alcanzaba los 37 grados centígrados. Eran las tres de la tarde. Tomamos un bus desde el aeropuerto que nos dejó en Socibus ( Estación de autobuses de Plaza del Las Armas) unos cinco minutos a pie del hotel. Pero realmente fueron un poco mas dado que algunas callejuelas y diagonales nos jugaron una mala pasada. Había muy poca gente en la calle. El sol sobre la cabeza te calcinaba y un rato después entramos sofocados al hotel que nos recibió con un fantástico clima de aire acondicionado y una jarra de limonada en el lobby del hotel. Así descubrimos que habíamos elegido el mejor hotel para disfrutar de Sevilla. Ese de
talle se convirtió en una suma de detalles que hacen una estadía soñada. La habitación era confortable y daba a un jardín andaluz precioso. Nos instalamos, duchamos y salimos sobre el final de la tarde ( o al menos eso yo creía) a caminar por la ciudad sin destino muy cierto. Al día siguiente tomaríamos el city tour free que nos pasaba a buscar por el hotel temprano para caminar y descubrir sus principales atracciones.
Cuando atravesamos la puerta del hotel lo primero que notamos que ni el sol tenía la menor intención de esconderse ni la temperatura de bajar. Lamenté no haberme puesto mi sombrero pero por la sombra comenzamos a caminar con destino al centro histórico para ver la catedral o al menos su fachada y la famosa Giralda. Cada calle era mas bonita y pintoresca que la otra. Nos fuimos internando en sus entrañas dejándonos llevar por el calor abrazador del inicio del verano.
Entramos a un bar a tomar una caña y comer unas tapas. No era lo que buscábamos, era demasiado gourmet, pero nos acercamos a la cocina andaluza comiendo un gazpacho.
Seguimos caminando y ahí sí el atardecer comenzó a ocurrir, el sonido del trote de los caballos que paseaban en sus carros a turistas, la luna creciente que  brillaba sobre el cielo y esa maravilla de casco histórico en el cual comenzaron a encenderse las luces y yo miré asombrada La Giralda por su belleza arquitectónica en medio de esos imponentes edificios medievales con aires moros y grandeza elocuente, En un rato nomas vimos una manifestación política de un frente de izquierda con una bandera que rezaba "Sevilla por la República" con banderas "lilas, rojas y amarillas"  en la Plaza del Triunfo y una pareja de novios que avanzaban sobre los turistas en medio de la ciudad como si salieran de una escena de película.
Caminamos las calle Constitución por donde pasa una especie de trolebus moderno y nos sacamos mil fotos.  A cada paso había algún artista callejero que hacía sonar su guitarra flamenca e incluso una bailaora desplegando su belleza. Aquella noche tardo en llegar pero lo hizo sencillamente perfecta. La luna, el cielo estrellado y el clima ideal para querer que se detenga el tiempo, que no avance ni retroceda, que la perfección escasea en la vida de los habitantes del planeta tierra.
Ya bien entrada la noche, nos perdimos en la Judería un barrio de callejuelas estrechas y particulares que se vuelven laberínticas. Descubrimos los Jardines de Murillo y caminamos un rato entre sus arboledas para luego llegar a la Bodega de Santa Cruz, adonde el tiempo parece no haberle alcanzado, donde se sirven las tapas y las cañas mas deliciosas de la ciudad y sus mozos son pura simpatía y alegría sevillana. Allí brindamos a las doce de la noche por el comienzo del nuevo año en la vida de Wally.

Calle Rodrigo Caro, 1A, 41004 Sevilla, España

El único motivo para irnos ya entrada la madrugada era que recién habíamos pasado nuestro primer día en Sevilla y quedaban un poco mas de tres por delante. Felices como quien encuentra un tesoro escondido y empujados por la noche sin fin caminamos el largo trecho de regreso al hotel. Amanecer al día siguiente en Sevilla era muy auspicioso. Me dormí aquella noche recordando el sonido particular que se escucha cuando uno está acercándose a la catedral....era casi un canto arrullándome, no se bien como describirlo pero no pude jamás borrarlo de mi memoria. Los que visitaron Sevilla me comprenderán. Los que no pueden mirar nuestros videos en YouTube y escucharlo. A dormir que esta historia por supuesto ....continuará!



miércoles, octubre 26, 2016

Mallorca día 4: Can Joan de Saigo, Centro Historico de Palma, Racing, Jack Sparrow y Formentor....y adiós!


Así eras tú en aquella tarde, divertida 
Así eras tú de furibunda compañera 
Eras como esos días en que eres la vida 
y todo lo que tocas se hace primavera 
¡Ay mariposa!, tu eres el alma 
de los guerreros que aman y cantan 
y eres el nuevo ser que hoy se asoma 
por mi garganta. Silvio Rodriguez
Mariposas



Continúo con mis crónicas sobre Mallorca después de un breve intervalo en el cual estuvimos viajando y se me hace difícil mantener el blog al día.
Recuerden que quienes gusten seguir nuestros viajes en tiempo real nos pueden seguir por redes sociales que encuentran aquí a la derecha del sitio. Nos encantaría!!



Mi amiga que vive en Palma de Mallorca y que nos acogió como he contado con tanto amor tuvo algunas urgencias laborales que atender en los días en estuvimos allí. Ella tiene una tienda de flores llamada Floristería Majoris y también se ocupa de la decoración y ambientación de bodas y otros eventos. Aquella mañana nos llevó a desayunar al un café tan antiguo como bello. Se llama C an Joa de Saigo. Una chocolatería ( y también heladería artesanal)  que hace seguramente la ensaimada mas rica de la isla con crema chantilly ( aquí solo se hacen de pastelera o dulce de leche) y además probamos la " coca de patata" si mal no recuerdo el nombre y otras exquisiteces. 
Tiene un estilo antiguo mallorquín, destacan las lamparas de vidrio, fabricadas en Gordiola (otra empresa centenaria). Las mesas son de mármol, y

 
las sillas muy antiguas de madera, lo que le dan a todo el conjunto un ambiente muy acogedor y especial.Tiene un estilo antiguo mallorquín, destacan las lamparas de vidrio, fabricadas en Gordiola (otra empresa centenaria). Las mesas son de marmol, y las sillas muy antiguas de madera, lo que le dan a todo el conjunto un ambiente muy acogedor y especial. De los bares mas bonitos que hayamos visto. 




 Luego de un desayuno muy opíparo nos dividimos nos fuimos a pasear por el centro histórico de la ciudad, a ver la Catedral, la rambla tan parecida a Barcelona , incluso la arquitectura de muchas edificaciones, visitamos una librería de los años 70 de donde no queríamos irnos de tan interesante.   

Se llama El Bazar del Libro en la calle San Crist, 2 , se encuentra en un edificio de 120 años que fue reformado en 2012 ambientada en el París años 20, fotos, cuadros, mapas, postales, grabados. 
Mientras mirábamos con los ojos bien abiertos todo lo que se cruzaba en nuestras manos sucedió algo que jamás olvidaré ( y creo que mis amigas tampoco). Al poco de entrar les comenté : " a mi hija le encantaría esta librería" y yo suelo contar tal vez en otros posteos ya lo he hecho, que cuando evoco o extraño a mi hija cosa que sucede cuando ella o yo estamos de viaje, se cruza una mariposa en mi camino. Lo cierto es que cuando tomé un libro usado de Antropología, de una edición que no conocía  y dije que se lo compraría porque creo le gustaría, ante los ojos abiertos de mis amigas y míos se cayó de entre sus hojas una mariposa disecada y guardada prolijamente por algún lector. El asombro fue unánime. Lo cierto es que hoy , libro y mariposa se alojan en la biblioteca de la casa de hija. 



Gaby se ausentó un rato por un tema de su trabajo y preparar un ramo que habían solicitado para la tarde de un lugar muy especial.


 Así que nosotras seguimos con Wally recorriendo el centro, comprando souvenirs, de hecho en la tienda que elegimos la vendedora era una argentina y simpatizante de Racing al igual que yo con la cual hicimos bromas y fotos. 
Nos cruzamos con uno de los 75 arboles singulares de Mallorca, en este caso un Olivo en 'Olivera de Cort' en el Placa de Cort. La circunferencia del árbol medida a un tamaño de 1,30 m es 7,21 m
fue trasplantado en 1999 desde Pedruixella Petit (Pollensa), en la Sierra de Tramuntana, para ser plantado en la plaza de Cort, como un símbolo de paz y arraigo a la tierra. En su lugar original sirvió de modelo a pintores y fotógrafos.El propietario, al conocer el destino del olivo, la regaló al municipio. En ese momento pesaba 3-4 toneladas. Rebrota al año siguiente sin problemas y se encuentra en buenas condiciones vegetativas.
Si nos fijamos, en él encontramos formas curiosas, como la denominada «la Oreja de Mallorca» o la cara de un cabezudo. Se trata de un árbol catalogado y protegido por la ley 6/1991, de Protección de Árboles singulares de las Islas Baleares. Nosotras nos abrazamos a él para sumar mas energía aún de la que teníamos ( que no era para nada poca!)




Un rato después no se bien porque pero bajamos unas escaleras solo Isa y yo cuando un señor bastante particular nos comenzó a hablar. Lamentablemente no recuerdo de que. Solo evocarlo me causa gracia porque hacía muchísimo calor y Stella gritaba que volviéramos y nosotras seguíamos interesadas en él. Creo que quería vendernos algo....ya estoy segura que Isabel me devolverá el recuerdo.
Un rato después buscábamos la playa en forma urgente Wally y yo para bañarnos y las chicas para tomar algo frente a la brisa del mar porque llegaba el mediodía y la temperatura era muy alta. 
Yo en mi memoria emocional creo que mientras caminábamos por la explanada de la catedral hacia la playa la distancia era tan grande que pudo haber pasado tiempo inmemorial aunque lo extraño es que estuvimos todo el tiempo frente al mar, En el mismo camino tuve la sensación de tener un cruce de espadachines con el propio Jack Sparrow y vencerlo. En fin....era el primer día que llegado el mediodía aun no habíamos bebido ninguna caña. Debió ser por eso!




 Después de esa ardua caminata bajo el rayo del sol  pisamos la arena y mientras Isa y Stella iban al bar de la playa a tomar algo( lease cañas) nosotros nos sacamos la ropa y nos metimos al mar. La belleza de ese lugar, el vaivén de las olas y la temperatura perfecta serán difíciles de olvidar. La gama de celestes que unía cielo y tierra y cada tanto una espuma blanca que nos hamacaba....fue el único momento que en la mayor de las Baleares tuve la sensación de estar en una isla.
Un rato después subíamos al auto de Gaby con destino a Formentor, mas precisamente a un lugar donde había un set de filmación a entregar un ramo de flores a una persona específica. El camino era para quitar el aliento ya que a medida que subíamos la cuesta empinadas y agudas donde la belleza se multiplicaba por las vistas hacia el mar. 


Llegamos a un sitio donde había un mirador entre las piedras de la montaña al costado de la cinta asfáltica que era deslumbrante. Luego de las fotos de rigor retomamos la ruta en alguna de sus curvas para entregar el ramo. Cuando ingresamos con el auto nos dieron paso entre algunos sets de filmación muy importantes. Luego llegamos hasta un lugar donde nos detuvimos con el auto , la vista seguía siendo impactante pero se había sumado una construcción sobre la piedra de lujo del tamaño de una mansión con una santa rita en flor que cubría gran parte de su fachada hacia el lecho del valle que desembocaba en el mar. 


Stella me pidió que le tomara una foto con ese marco, mientras Gaby llevaba el ramo hasta el lugar que le indicaron. Estábamos muy revoltosos con el impacto de tanta belleza y no parábamos de hablar y sacarnos fotos cuando de pronto desde dentro se asomó una señorita y empezó a gritar llamando a la seguridad y preguntando quienes éramos. Mis amigas no me dejan mentir, tras de ella se podía ver la silueta de un hombre en bata que hubiese podido ser un artista de Hollywood tranquilamente. En segundos vino Gabriela y nos subió a todos la camioneta y salimos de allí a los piques. No podíamos parar de reírnos y bromear al respecto sin parar. Habíamos vivido nuevamente una escena de Fellini en el lugar mas bello y lujoso que nos mostró Mallorca. Ha quedado la anécdota para el recuerdo eterno. 

Un rato después llegamos a unas playas muy pintorescas y no menos hermosas pero no recuerdo el nombre, ( Help Gaby!) donde se podía almorzar a la orilla del mar en uno de esos lugares de los cuales uno no quiere irse jamás. 




Tomamos cerveza y comimos hamburguesas de tamaños descomunales. Hoy veo las fotos y me doy cuenta que a esa altura después de dos semanas en Italia y 5 días en Palma me estaba volviendo redonda. Aquel atardecer marcaba nuestra última tarde en Mallorca juntos.

 Primero se irían Stella e Isabel y al día siguiente nosotros que adelantamos un día nuestra estadía en Sevilla. Gaby viajaba imprevistamente por trabajo a Ibiza y nosotros cambiamos el pasaje para estar un día mas en Sevilla ya que todas coincidieron en que no llegaríamos a ver todo lo que tiene esas ciudad. Fue una gran y difícil decisión. Aquella noche nos despedimos con una cena en la que afortunadamente se pudo suma Angel que había estado con una fisura en un brazo y no pudo ser de la partida por el reposo de su lesión.



La familia de Gabriela no es fácil de abandonar. Ángel , su pareja es amable, gentil y una persona encantadora Carmen , su madre es un ser de otro planeta tiene una alegría y una fuerza que arrastra. Sus hijos Yaiza y Nahuel fueron a partir de este viaje nuestros sobrinos postizos. Como irse de un lugar el cual nos ha abierto el corazón a pleno. Donde la belleza es el patrón de vida. Desde aquel día soñamos con volver , desde el mismo instante en que cerramos el equipaje. Por más sobrasadas y cocas de patatas, por mas cenas con la familia Calé, por mas cuestas empinadas y cielos azules, por mas brindis, por mas horizontes , por mas castillos y conventos. Y mas magia , mas calas, mas cuevas y mas puertos. Y mas aroma a rosas vintage, a café recién servido y a pan frotado en tomate y ajo. 
Aún recuerdo aquella noche donde la nostalgia comenzó a calar hondo y aún no nos habíamos ido. 
Siempre es un privilegio viajar y conocer lugares nuevos. En este caso además el amor cruzó el océano, las décadas y nos alcanzó como si el tiempo y el espacio no existieran. Y siempre, eternamente hubiésemos estados juntos. Mallorca....nos verás volver!





lunes, octubre 03, 2016

FIT 2016 la más grande Feria Internacional de Turismo de Latinoamerica



Estuvimos en el FIT de La Rural en Buenos Aires e hicimos una breve entrevista con los asesores de Chubut sobre la visita a la Península en Octubre para avistaje de Ballenas


Los amigos del stand de México nos dejaron un saludo muy especial para nuestros lectores y el deseo de que pronto vayamos a visitarlos! Son de h Cancún del Oasis Resort Entertaiment 
FD

Pasamos por el stand de Copa Airlines y proponían un tiro al blanco para ganar premios si acertabas con el destino elegido. Fue todo un éxito la propuesta!

En el Stand de Brasil se vio reflejado su espíritu de alegría genuina con distintos ritmos y colores aquí uno de ellos




Cerveza Santa Fe ofrece a los visitantes la bebida tirada fría y deliciosa.



No faltó el Carnaval del Litoral en todas sus expresiones aportando alegría y mucha danza al evento y a la gran cantidad de público que visitó la Feria. Aquí un resumen de nuestra primera jornada 


viernes, septiembre 16, 2016

Salvador de Bahía Parte 4: Iglesia de Bonfil y playas de Ribeira


Sou um amigo que volta feliz Pra teus braços abertos, Bahía! 
Sou poeta e não quero ficar Assim longe da tua magia!
Deixa ver, teus sobrados, igrejas
Teus santos, ladeiras
E montes tal qual um postal
Dá licença de rezar pro Senhor do Bonfim
Salve! A Santa Bahía
imortal, Bahía dos sonhos mil! 
Eu fico contente da vida
Em saber que Bahía é Brasil! 
Salve! A Santa Bahía imortal, Bahía dos sonhos mil!
Bahia con H de Caetano Veloso y Gilberto Gil

Si como comenté en la primera parte de las crónicas sobre Salvador de Bahía estábamos acércandonos a su corazón estos dos últimos días podemos afirmar sin titubear que este lugar del mundo donde el África se fusionó con Brasil nos enamoró para siempre.
Era domingo y decidimos visitar la Iglesia de Nuestro Señor de Bonfim, la mas popular, aquella donde el sincretismo religioso se muestra en su máxima expresión. Donde las cintintas ( filhas) de todos los colores flamean en sus rejas cubriéndola completamente. Allí arriba de un morro este lugar es un imperdible de Salvador. Esa mañana mientras desayunábamos le pregunté a Juli que horarios eran las misas los domingos  ya que tal vez nuestra visita coincidiría con una misa. Fue un comentario al pasar basado en que con Wally muchísimas veces en nuestros viajes sin saberlo hemos llegado a las iglesias mas emblemáticas en el horario de la misa desde el Duomo de Milán, la parisina Notre Dame hasta la bella iglesia del pueblo donde nació su abuela en Gallarate, solo por decir algunas. Y es un plus vivir esas ceremonias religiosas porque permiten percibir mas profundamente la esencia de un lugar.
Nuestro Señor de Bonfim es un santo portugues que la  población bahiana asoció a su orixa mas importante o padre de los orixas ; Oxalá. Por ello es esta es una iglesia muy especial. Llegamos y antes de entrar se nos acercaron todo tipo de personajes muy pintorescos que vendían cintas o que te apantallaban con unas ramas verdes y te ofrecian sanación y oraciones. Logramos mediante un esfuerzo entrar a la iglesia que estaba repleta de personas asistiendo a la misa. No se muy bien en que parte llegamos pero había una cola para sacarse fotos delante del altar y a la derecha del mismo un grupo de músicos con teclado en vivo tocando. En un momento entre hacia un lateral y vía una fila de gente a la cual le pregunté para que era, me respondieron que esta el sacerdote y cada uno se acercaba y podía conversar unas palabras con él, contarle algo o pedirle una bendición. Busque a Julian y a María del Carmen para contarles y ellos se fueron gustosos a la fila. Cuando los encontré estaban en el otro lateral en una sala algo extraña, en las paredes estaban fotos y cuadros de agradecimientos por milagros o respuestas a los pedidos y del techo colgaban partes del cuerpo humano de plástico o de otro material que daban un poco de impresión. Presumimos que tenían que ver con una forma de agradecimiento. 


Walter allí encendió una vela de esas que se prenden con una moneda para la salud de todos los seres que amamos. Es habitual que lo hagamos en la mayoría de las iglesias que visitamos sobre todo en la que nos impactan mas. Mucho no nos gusta cuando no es una vela de verdad pero lo hacemos igual . Mientras caminábamos por allí yo miraba asombrada la cantidad de gente pero sobre todo el espíritu de alegría que podía trascenderlo todo. Incluso , las personas iban de un lado a otro y no había la menor señal de formalidad ni mucho menos de guardar algún ceremonial.
En un momento observé que fuera de la iglesia pero dentro de su predio, entre las rejas y el había muchísimas velas , algunas de colores y sobre ellas algunas figuras de orixas y una señora que parecia rezar concentrada o incluso estar en algún transe. Salí con Walter y mientras trasmitia en vivo por Facebook trate de averiguar de que se trataba pero no quise interrumpirla. Unos minutos después me distraje filmando a Wally que había encontrado una vela de verdad y la estaba encendiendo. Cuando se me acercó una señora muy humilde y me preguntó si podía ayudar en algo. Le trasmití mi inquietud de conocer a que colores y que fuerzas de la naturaleza representaban los orixas y me empezó a explicar contestando todas mis preguntas con mucho sentimiento. Tratando incluso de vencer la barrera idiomática esforzándose en que yo comprendiera. Fue un momento muy especial el que viví y mientras Wally filmaba en vivo yo me abstraía incluso de eso y finalicé abranzando y besando a esta hermosa persona llamada Solange, Era de familia de esclavos traídos de África pero de alguna colonia francesa de allí su nombre. Nacida en Salvador y realmente una mujer sencilla pero encantadora. Nos despedimos e ingresamos  una vez mas a la iglesia para encontrarnos con Juli y Mari y toda la gente cantaba una canción que habitualmente se escucha en las misas pero prácticamente bailando y levantando los brazos como en una fiesta. Eso era la misa para estas personas creyentes, una fiesta de alegría y de fe. Nunca vi algo igual. Y creo que cuando algo es tan genuino deja huellas. Esas huellas aún hoy resuenan en mi alma.

Nos fuimos de Bonfim comprando cintas a los que andaban en la plaza frente a la iglesia que llevaban una remera de algún grupo que pertenecía a la misma. Subimos al auto y estábamos conmocionados y felices. Era domingo y antes de llegar a la playa nos enfrentábamos a un desafío : donde comprar cervezas Skol e hielo para llenar nuestra flamante heladera . Todo estaba cerrado, con las indicaciones de algunos lugareños y ante la investigación exhaustiva de Mari y Wally llegamos a un barrio muy pobre, muy humilde, casi el inicio de una favela donde una distribuidora de bebidas vendía tras un local bien enrejado latas e
hielo. Allí en una callecita angosta con un cielo lleno de cables y en una esquina donde unas señoras sentadas en la vereda charlaban a la fresca,  Enfrente la escalera de una casa que había construido la subida de su escalera caracol sobre la pequeña acera. La sensación de inseguridad hizo que esta primera vez no bajara del auto e incluso Juli diera la vuelta para estar prestos a salir rajando. Wally y Mari felices con su compra y ajenos a todo temor armaron la heladerita en el baúl con tranquilidad y parsimonia. Estábamos a pocas cuadras de la avenida Beija  Mar sobre la cual se encuentras las playas del barrio de Ribeira.  Paramos primero en un puerto pequeño donde nos sacamos unas fotos y luego continuamos por la misma calle hasta parar en un bar que tenía unas reposeras y sombrillas. Le consultamos si podíamos alquilarlas  dado que ya teníamos nuestra bebida y nos dijeron que si consumíamos algo no había que abonar nada. De hecho la idea era comer algunos "petiscos" a lo lardo de la tarde y así arrancamos nuestro día de playa.



El sol parecía que nos acompañaría el resto de la jornada y la playa era hermosa, Ribeira está en la parte mas profunda de la Bahía de Todos los Santos, justo donde la bahía forma su semicírculo y el mar era calmo y transparente. En su orilla se podían divisar caracolas y piedras hermosas y allí discurrió nuestro día nadando en las aguas calmas y cristalinas y esperando un atardecer que fue deslumbrante. En un momento incluso Wally salió del agua con dos erizos de mar preciosos, los trajo a la mesa y sin pensar siquiera que eran  peligrosos los filmamos me los pasó a mi mano y luego los devolvió al mar. Hacia la derecha se podía ver en la cima del pequeño morro la Iglesia de Bonfin y en el horizonte barcazas de  pescadores y un poco mas lejos un barco imponente. No recuerdo el nombre del bar pero si que comimos rico y hasta que cayó el último rayo de sol nos quedamos en la playa haciendo fotos del atardecer con poses divertidas y felices. Había gente en la playa la mayoria del lugar  ya que era domingo . Una familia que estaba cerca nos llamó para decirnos que no era seguro el lugar de noche y nos sugirió que nos fuéramos antes de que oscureciera.
Le agradecimos por supuesto y lo hicimos. El pronóstico aquella noche indicaba que al día siguiente el sol volvería a salir y por unanimidad decidimos regresar a Ribeira para despedir nuestro último día en Salvador aquel lunes.
Esa noche teníamos acumulación de emoción y amor por la gente de esta ciudad y por la belleza del Pelourinho al que decidimos regresar a la noche para cenar y escuchar música en vivo y vivir su movida nocturna. Previo paso por el hotel a cambiarnos subimos con el auto y lo estacionamos frente a la mismísima Iglesia de San Francisco al cuidado de unos muchachos que nos recomendaron lugares para cenar.
A la noche la seguridad esta redoblada, adonde miremos había militares o policías pero ni siquiera esa sensación de ciudad sitiada impide sentir la belleza del lugar, es mas, la sensación de seguridad es una tranquilidad. Si bien hay lamentablemente algunos chicos afectados por el crak ( aquí llamamos Paco) nadie molesta a los turistas, hay algunas escaramusas entre ellos pero la fuerza militar los ignora, evidentemente solo actúa en caso que molesten a turistas. Llegamos al bar del centro de la plaza donde estaban tocando en vivo y cuando íbamos caminando hacia allí Julian dijo que creyó ver a Solange que caminaba a pocos metros de atrás, yo la vi pero me pareció que no era ya que era una mujer muy bien vestida y arreglada para una noche de paseo. Sin embargo mientras miraba con Mari la banda alguien que ya me había reconocido me tocó la espalda y cuando me dí vuelta estaba allí Solange que primero vió a Mari e inmediatamente empezó a buscarme alrededor . Estaba hermosa, arreglada para disfrutar la noche y lo primero que hizo fue tomar mi mano y sacarme a bailar. Hay momentos que sobran las palabras. Me hizo señas para que yo fuera sintiendo el ritmo y termine bailando feliz y ni yo misma sabía como se movían tan rápido mis piernas cuando vio que ya podía hacerlo sola me dejó y sacó a Mari. Aún hoy me estremezco cuando recuerdo aquel momento de felicidad. Un rato después la orquesta terminó su show y Solange nos sugirió lugares donde cenar unos acaraje e incluso me llevó hasta un lugar y le dijo a su dueña que nos atendiera bien. Le agradecimos mucho. Incluso su recomendación para que no tomáramos una calle que bajaba hacia la ciudad muy especialmente.Este encuentro no hizo otra cosa que darle mas magia a la noche. Decidimos igualmente no cenar arriba, ya era un poco tarde, en invierno los restaurantes como mucho cierran a las diez y media de la noche y andábamos con ganas de una buena cena y no de boliños así que volvimos a Barra a cenar en Portal del Mar nuevamente porque tenía una excelente cocina. Esa noche nos sentíamos muy felices. Pensamos que nada podía superar tanta alegría pero evidentemente en este tema la ciudad era sorprendente,. Creo que Salvador te va envolviendo en un clima especial y si te dejas llevar se produce una comunión inigualable.
Al otro día, lunes, y nuestra última jornada en Salvador nos levantamos temprano para regresar a las playas de Ribeira. De camino compramos unas frutas en unos puestos callejeros. Paramos unos diez minutos en el Mercado Modelo a comprar unos recuerdos de último día y por supuesto bajaron Mari y Wally quien volvió corriendo escapando de su amigo "Pedro" ( ver crónicas anteriores) parece que no se olvidó de él y apenas lo vió se acercó a venderle y Mari lo llamó a los gritos,entonces Wally le prometió que luego de hacer las compras con "su mujer" y Pedro le pidió que fuera "hombre de palabra" y él asintió. Allí sigue Pedro esperando y calculo que aunque pasen años cuando volvamos al Mercado Modelo de Salvador allí estará Pedro esperando a Wally.
Y por supuesto volvimos al mayorista de bebidas en el barrio de los miles de cables en el cielo y un aire, por lo menos, inquietante. Pero esta vez me animé tímidamente y le dije a Juli que estuviera atento que iba a bajar un minuto. Empecé a trasmitir en vivo por Facebook con el Iphone en mano, caminé hacia la calle de la esquina frente a donde Wally y Mari estaban comprando cervezas. Mientras filmaba comencé a notar que un muchacho alto me miraba mal e incluso hacía señas a alguien de arriba de una casa con su celular. Inmediatamente volví al auto y le comenté a Juli que me dijo que no me preocupara que tenía la remera con el logo del lugar donde compraban la cerveza pero seguía mirándome mal. Juli empezó a dudar y yo  me subí al auto empecé a sugerirle que volviera a girar el auto para salir a la avenida como el dia anterior cuando ambos nos dimos cuenta que este hombre me estaba diciendo que ahí no podía filmar....Ahhhh.....con el pulgar hacia arriba le insistí en que ya no filmaría y corte abruptamente la filmación y subí la ventanilla. A los pocos minutos lo veo al lado de mi ventana tratando de ver si seguía filmando desde adentro. Y entonces baje la ventanilla y con una sonrisa le mostré las dos manos. Siempre tenía cara de asesino de película yanki. Unos minutos después llegaron Wally y Mari que no tomaron muy en cuenta nuestra anécdota y se pusieron a llenar la heladerita con la misma parsimonia del día anterior mientras el grandote seguía mirándome fijo. Al fin unos minutos después salimos hacia la playa que estaba a pocas cuadras. 
Cuando llegamos al bar de la playa donde habíamos estado el día anterior estaba cerrado, retrocedimos unos cien metros porque vimos un bar que parecía abierto y tenía pizza, tampoco abría los lunes pero al lado en un bar que no lucía cartel pero se llamaba La Vitrola tuvieron la amabilidad de colocarnos una sombrilla en la playa con mesa y sillas. Su mozo de nombre nombre Savonech ( no se bien como se escribe) nos invitó a disfrutar sin ningún temor del lugar ya que había justo en la puerta unos muchachos que asustaban un poco o nosotros veníamos comiéndonos una trhiller. 


Tratamos de hacerle caso. Ese día no había literalmente nadie en la playa y era cerca del mediodía. Mientras esperábamos el primer pedido de bolinhos (los mas ricos de Salvador y hemos probado suficientes) nos turnabamos para entrar al agua e incluso mirábamos cada tanto a los pibes que se acercaban demasiado a nuestra mesa. En un momento salió del bar un señor que dijo ser el dueño y nos invito a disfrutar el día sin preocuparnos en absoluto por la seguridad ni por esos muchachos ni por nada . Dijo entren todos al agua, dejen las cosas aca que Savonech estará atento cuidando todo. Acá no pasa nada. Y tampoco en el agua ya que hay peces y caballitos de mar que podrán ver cuando nadan....ni siguiera hay erizos, nunca se ha visto un erizo! Yo tomé mi teléfono y le mostré el que tenía en mi mano filmado el día anterior en la playa a unos metros de allí y no lo podía creer! Y ahí nos relajamos, notamos que este hombre se acercó a los pibes y les dijo algo que seguramente sería que no molestaran. Y nos olvidamos de todos. El agua era calma y no había nadie , solo podíamos ver el navío en el horizonte que permanecía en el mismo lugar que el día anterior y las barcas de pescadores. Allí nadamos un rato mientras los peces se nos cruzaban sin necesidad de hacer snorkel ni nada. En un momento vimos venir muy desde lejos un kayak blanco y al lado otro muchacho nadando. Llego hasta la orilla y trajo cangrejos y buzios.
Savonech nos trajo el cangrejo vivo a la mesa para que lo viéramos. ¿Quieren que se los cocine? preguntó y por supuesto que aceptamos. Un rato después comíamos esa carne exquisita y nos enseño a comer las patas. Al rato llegaron los buzios y fue el turno de Andrese de enseñarnos a comerlos sacandole el estomago. Eran exquisitos a pesar de a primera experiencia en que me lo comí con estomago lleno de arena y todo. Un rato después nos trajo un vaso de vodka y gajos de una naranja alimonada para compartir, y luego vinieron los camarones y así fue sucediendose la tarde. El bar tenía una colección de vinilos y se escuchaba en su "vitrola" una bandeja moderna Santana, Michel Jackson entre otros. En un momento fui con Juli y filme la cocina en vivo y le pedí Caetano y la señora que atendía adentro lo puso enseguida. Me mostró sus artesanias hechas con caracoles que eran bellísimas. Volvimos a la playa para seguir disfrutando y mientras la voz de Caetano Veloso inundaba el ambiente el sol volvió a ponerse pintando el cielo de naranjas y grises y el mar se volvió de plata. Era lo mas parecido a la perfección que hayan percibido mis sentidos. La caída del sol marcaba el ocaso de nuestro viaje a Salvador y empezó a inundarme la tristeza. 

Mientras juntabamos las cosas yo fui a cambiarme la malla al auto por ropa seca y a guardar cosas. Julian vino hasta el auto y juntos mirando el horizonte nos embargó la melancolía. Recuerdo que me dijo "con un día mas me conformo no quiero irme hoy"y yo me estremecí de esa mezcla de nostalgia y tristeza pero también de alegria que describe ninguna otra palabra mejor que Saudade. 
Unos segundos después vemos venir a Mari llorando y diciendo " ahora si que esta ciudad me conquistó, ahora quiero volver" y Walter nos cuenta que Nancy le regaló  un hermoso fanal con caracolas que tenía de adorno en su coqueto baño. Y que además Mari la abrazo y le dió un beso. Las lagrimas de Mari fueron la muestra mas cabal de lo que puede el corazón generoso y alegre de un bahiano. Vivimos in crescendo cada día y cuando amábamos ese lugar como a una primera novia  llegó el momento de volver.  Yo supe en ese mismo instante mientras rodaban las lágrimas en mis mejillas que volvería a Bahía porque era  muy larga la lista de cosas pendientes. En un mes, en  un año en diez una tarde soleada volvería ver  caer el sol sobre el mar de la Bahía de Todos los Santos escuchando la voz de Caetano desde "la vitrola", brindando con Caipirinha preparada por Savonech. 
Un día , vaya a saber cuando, Solange volverá a mi encuentro, Nancy le regalará caracoles a Mari, Pedro perseguirá a Wally y nuestra Paquita portuguesa le dirá en tono imperativo a Juli " en cien metros gira a la izquierda en Sete de Setembre mientras que la hermosa y nivea  sonrisa de la bahiana Victoria lo esperará en el Pelourinho. 
Una vez mas un lugar de este mundo nos volvió mas humanos e iguales, de eso se trata viajar con el corazón abierto. Nos fuimos a mirar las luces de la Bahía desde Montserrat y en el Ponte de Humaitá para ponerle el broche de oro a esa jornada. 
 Gracias a todos los bahianos que en este viaje nos ofrecieron su corazón y su alegría. 
El personal del Gran Hotel Da Barra, Claudio de la Playa de Barra, Claudio el artesano del macramé, El histriónico Victor de la playa de Barra, Eu Paleta el inolvidable vendedor de helados.  El cuida coches de la puerta del Mercado Modelo, Pedro el amigo de Wally, la masajista de la plaza del Mercado Modelo, la bahiana del museo, Joan nuestro guia por el centro histórico, la gente de Brasil Receptivo por su excelente transfer, la atención de la recepcionista de Localiza rent a car, los mozos de cada restaurante que pisamos El loco fanático del rock nacional argentino del supermercado de Barra .  Y muy especialmente a la gente del Bar La Vitrola que jamás olvidaremos. Al igual que a Solange. 
Hasta siempre Salvador de Bahía.....volveremos a amanecer en tus brazos!



Nos alojamos en Gran Hotel Da Barra
R. do Forte de São Diogo, 02 - Barra, Salvador - BA, 40130-170, Brasil
Teléfono: +55 71 2106-8600