TARDE DE BRUJAS: "estamos llenas...."
Pase la panadería de Carabobo y Primera Junta donde retiré el arrollado de dulce de leche donde un grupo de jóvenes paraguayos hace una repostería realmente excelente y luego bajé por Av. Eva Perón. Hice una escala en Martina, la casa de ropa y zapatos que hace más de veinte años muestra junto a su dueña una gala de buen gusto y estilo bastante extraño en esta zona del barrio. Por supuesto que me compré un pantalón y una remera que estrenaría a la noche y previamente mostraría a mis amigas un rato después. Nos juntamos en casa de Alicia que cumple años el día del amigo para matar dos pájaros de un tiro.
Estaba Lili P, Marta, Julia, Alicia y yo. Luego llegó otra amiga de Alicia con su hija. Andaban por la casa el hijo menor Nano y su novia. Lili trajo galletitas "pepas" hechas por ella misma, por supuesto que tomamos mate y comimos tanto como hablamos...o un poquito menos bah....Hablar siempre es el top ten de la reunión. Nano nos sacó fotos conmemorativas con varias cámaras y hasta se sentó un ratito con su novia a compartir la mesa con nosotras. Casi diría que se merece un monumento simplemente por no haber huido de su casa tomada en forma inmediata. Mientras no parábamos de deglutir dulces bocados, sándwiches salados, y todo cuanto aparecía en la mesa y parloteábamos sin parar simultáneamente hasta la pequeña Marina dio muestras de excelente comportamiento. Ahora viéndolo a la distancia me pregunto si no la habremos adormecido con nuestra charla simultánea y sin solución de continuidad.
Cuando llegó la noche nos fuimos, bajamos juntas en el ascensor algo apretadas y dado de la pequeña Marina se había empacado con tocar los botones pero no lo hacía, le pedí que se corriera ( nunca sabré bien porque pero los niños suelen responder mejor a las consignas cuando no son los padres quienes la sugieren) y comenzamos a bajar. Alguien con voz masculina, nos detuvo a mitad de camino con intención de subir pero antes que abriera la puerta (y por suerte de hecho no se abrió) yo grité: " Estamos llenas", lo cual generó en forma inmediata la carcajada general. Sin palabras. Cuando llegamos a la planta baja, el encargado del edificio nos miraba divertido, y alguna de mis acompañantes trataba de explicarle lo sucedido. Yo, cabeza gacha como quien comete algún pecado, rumbeé para la salida.
Mientras caminábamos hacia el subte nos encontramos con Wally que venía con la moto y Marina mostró su arrojo innato subiéndose y pidiendo que la lleve a dar una vuelta. Allí partieron, nosotras nos quedamos en la esquina tratando de comentar alguna cosa mas para no perder la ocasión y prometimos que se repetiría sin mediar día de nada.
Pero lejos de terminar, mi día del amigo aún estaba empezando. Una hora después salíamos con Wally, Juli y Mari a cenar. Elegimos Montana Bar (pueden buscar un par de meses atrás en este blog referencias del lugar) donde compartimos una cena exquisita, en un ambiente realmente cálido. Buen vino, buena luz, buena música de fondo y con amigo que son como hermanos.....que más se puede pedir!
María y Wally se divirtieron haciendo caras para la foto. Nos sorprendió que a excepción de la nuestra el resto de las mesas fuera toda de mujeres por lo que parecía mas una fiesta de haloween que otra cosa.
Para el final nos invitó la casa con una copa de champagne y brindamos un año mas por nuestra larga amistad y por que vengan muchos pero muchos mas motivos para brindar.
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