De Bari a Carassai por el camino del Adriático

 “Si vive una volta sola. Ma se lo fai bene, una volta è abbastanza.”Joe E.Williams

Pasando por BARI 

Bari

Bari

Bari

Salimos temprano de Alberobello con dirección a Le Marche. De camino atravesamos Barí, nos detuvimos un rato en el puerto y dimos una vuelta por la ciudad. Cuando nos fuimos alrededor del mediodía andando en el auto por la avenida costanera al lado del mar mas precisamente por el Corso Vía Venetto entre sus hermosas escolleras notamos que luego de un semáforo un muchacho con un auto de atrás  nos llamaba a los gritos . Paramos unos pocos metros mas adelante y el hombre decía que lo habíamos chocado. Era insólito porque no habíamos ni siquiera rozado su auto ni escuchado ningún ruido. Lo dejamos que se explicara y ante nuestro asombro nos mostró el espejo delantero derecho rajado. Ante su insistencia le preguntamos con que parte de nuestro auto sucedió y respondió tocando una parte trasera derecha. A la vista no había señal de marcas y además notamos que era imposible por la altura que distaba al menos de veinte centímetros de la alto de su espejo. Cuando se dió cuenta decidió bajar la mano y decir que era en otro lado. A esa altura nos dimos cuenta que quería sacarnos dinero. Yo le dije a Walter que nos fuéramos y el italiano gritaba amenazante. Harta y antes de subir al auto le grité : Chiamo a la polizia farabutto, andiamo andiamo!! como una loca, y seguimos viaje. Unos minutos después nos reíamos como locos pero si andan por allí sepan que por aquellos lugares también se pueden encontrar con " el cuento del tío" que evidentemente no es solo argentino.

Buscando RIPATRANSONE

La meta era llegar al agriturismo de Ripatransone donde nos alojaríamos para visitar a la familia política de nuestro hijo y conocerlos. Esa noche nos esperaban a cenar en Carassai.
Veníamos por el camino que bordea al Mar Adriático sobre una autopista inmejorable. Eran aproximadamente 400 km para llegar a C´era una Volta nuestro hospedaje. Los últimos días sus dueños nos habían enviado un email advirtiendo que la salida de la autopista que debíamos tomar para bajar estaba cerrada por lo cual nos sugerían tomar la siguiente y luego seguir ciertas indicaciones. Lo cierto es que en algún momento luego de tomar la salida de la ruta  empezamos a subir una cuesta siguiendo los carteles que indicaban "Ripatransone" y la montaña cada vez era mas alta y la calle mas angosta y los caracoles empinadísimos y todo sembrado pero sin un alma. Se nos venía la noche y allí estábamos en medio de una montaña cuyo paisaje se parecía al edén pero lejos estábamos nosotros de sentirnos armoniosos. En una de las tantas subidas y vueltas encontramos un bar con unos señores tomando un aperitivo y nos detuvimos a preguntarles. Uno le preguntaba al otro y discutían entre ellos sin parar pero nadie sabía como teníamos que hacer para llegar. En un momento le preguntaron al mozo que era un muchacho joven si el no era amigo del dueño de C era una Volta y dijo que sí. Lo llamó por teléfono y le dijo donde estábamos. Amablemente nos explicó que debíamos seguir subiendo porque estábamos por "otro lado" de la montaña. Y aproximadamente nos indicó el camino. Muy agradecidos seguimos adelante. 

Ripatransone

Perdidos por los caminos 

Ventana de la habitación del Agriturismo

La subida era lenta porque literalmente sobre los costados se caía el camino y si son lectores sabrán cuan gustoso Wally maneja en las alturas. Esta creo que fue la peor de todas. Y finalmente, casi a las 19 hs llegamos al agriturismo donde Samanta y Danilo nos esperaban con todo el amor y la calidez del mundo. Arriba de ellos está el cielo, no se podía subir mas! Las vistas eran tan espectaculares que a esas alturas no sabíamos si era un sueño. Nuestra habitación era preciosa. Nos invitaron a sumarnos a la cena, agradecimos mucho pero nos esperaba la familia para cenar. Mientras nos dábamos una ducha recibí el mensaje de texto de Luca de Carassai que lamentablemente estaba la mamá por un inconveniente de salud menor y combinamos para ir al otro día según como se sintiera. 

Mistrá

A decir verdad teníamos mucha ansiedad por conocer Carassai y visitar a su gente pero de solo pensar que había que subir nuevamente de noche creímos que era mejor el cambio y esperamos que mejorara su salud. Nos quedamos a cenar en casa de Samanta y Danilo. Fue realmente exquisito. Antipasti, pasta, carne, postre, café, mistra, etc, etc. Y de yapa llegó un mensaje de mi hijo avisándonos que nuestro nieto se había largado a caminar solo. Brindamos a la distancia por él!

La caída del sol sobre los valles sembrados de verdes en todas sus tonalidades no creo poder olvidarle jamás. Esa noche miramos las estrellas que brillaban como diamantes en el cielo y una vez mas nos sentimos agradecidos a la vida.

Agriturismo C ´era una Volta

A la mañana siguiente tomamos un desayuno de campo en un jardín
hermoso y nos despedimos de los dueños de casa con tanta alegría y cariño como si nos conociéramos de toda la vida. Y además el camino de vuelta era mucho mas sencillo. 


Camino a CARASSAI 

En Grottamare con Fabiola y su hermosa familia

Bajamos por el otro lado y hicimos la primera parada en Grottamare , una localidad costera muy pintoresca perteneciente también a Ascoli Piceno. Visitamos a Fabiola y Mariano a quienes ya habíamos conocido en Buenos Aires con sus dos bellezas de hijas. Nos recibieron en casa de sus padres y Marietta nos preparó café y masitas muy ricas, pasamos un hermoso momento. Luego salimos con destino a Carassai , el pequeño pueblo medieval enmarcado en la montaña donde hace unos años nuestro hijo estuvo un tiempo viviendo con la familia de la novia quienes lo mimaron y lo cuidaron como si fuese un hijo. 

En Carassai con Pascuale y Bernardina

Nuestra meta era agradecerles a la familia especialmente a Gabrielle y Silvana

por sus atenciones. Llegamos a almorzar a la casa de los papás de Gabrielle, unos abuelos que recordaremos eternamente por su esmero y por cada sencilla atención para que nos sintiéramos como en casa. Mientras estábamos almorzando pasó Gabrielle y su hijo a saludarnos y avisarnos que luego nos esperaban en su casa.  La charla de sobremesa con los abuelos fue deliciosa. Él nos contó las historias de cuando trabajaba en los pozos petroleros del África y nos mostró sus recuerdos y las condecoraciones que recibió. Eran realmente adorables. Luego nos llevó con el auto a la casa del hijo donde pudimos agradecerles y tomar un café con la familia. 

En Carassai con Silvana y Lucia 

Cada lugar que visitamos en Carassai podía poner en imagen aquellas cosas que  nos contaba mi hijo  Juan y su novia al regreso de su largo viaje. 
Ellos suelen añorar ese tiempo feliz que pasaron allí por eso le regalamos estas fotos dedicadas especialmente ya que fueron tomadas pensando en ambos. 

             Todos los caminos conducen a ROMA

San Benedetto del Tronto

Nos fuimos sobre las cuatro de la tarde con mucha emoción y agradecidos por tantas muestras de afecto. De camino Antes de partir para Roma visitamos las playas cercanas de San Benedetto del Tronto, hacía 36 grados de temperatura y costaba andar bajo el sol. Nos zambullimos directamente en el mar que estaba muy cálido, jugamos en el agua,, disfrutamos de esa tarde de playa y antes del atardecer compramos en un supermercado un poco de fiambre y pan y partimos rumbo a

Roma. Esa noche, dormiríamos en un hotel cercano al aeropuerto de Ciampino porque al otro día a la mañana el avión de Ryanair nos llevaría a Palma de Mallorca.
La ruta que atraviesa los Apeninos es realmente espectacular, túneles entre montañas escarpadas y con nieves eternas, nubes que envuelven el camino en la altura, un atardecer deslumbrante. Luego la oscuridad de las nubes que nos alcanzaban por la altura y hasta un ratito de lluvia. Pasamos del calor intenso a una noche fresca para volver al calor cuando entramos en Roma sin anestesia en menos de tres horas. Así apenas entrando la noche llegamos a la autopista de ingreso a Roma, nos equivocamos mil veces, retomamos por una autopista salteando el peaje, todos errores sin mala intencion. Igualmente pagamos la multa al regreso.

Apeninos

Dimo un millon de vueltas en la misma zona buscando la calle que nos llevaba al hotel. Llamamos por teléfono dos y tres veces porque llegabamos a la calle con ese nombre y el hotel no estaba. En algún momento ya sobre la medianoche logramos entrar al hotel. Estabamos rendidos pero felices. Cualquier momento para perderse en Roma es para disfrutarla. Creo que inconscientemente no queríamos irnos de allí. A la mañana siguiente luego de un gran desayuno nos dirigimos al aeropuerto que estaba a escasos dos kilómetros. Recién ahí creo que hicimos la primera evaluación del viaje. Habían transcurrido dos semanas en Italia que parecieron años. Vivimos en ella historias de todo tipo, conocimos infinidad de lugares, nos enamoramos nuevamente de este país tan exageradamente loco que ya habíamos visitado en 2012 y que sabemos que volveremos a visitar algún día. Pero quedaba un mes por delante y una vez mas mientras nuestro avión carreteaba con una mirada cómplice dijimos con que todo siga saliendo igual ya estamos hechos. Nos preguntamos si habría mas cosas para sorprendernos y maravillarnos, era muy difícil, pensamos que no y sin embargo volvería a ocurrir. Se terminaban por un par de semanas mi servicio de traductora y ya extrañaba la palabra "prego" que es tan versátil y tan amena que hace que el solo

Hasta la próxima birra!

escucharla se me inunde el pecho de felicidad. Cada vez que llegamos a Italia yo me convierto en Franchesca y Wally en Marcello......allí se quedan esperándonos para cuando volvamos a pisar tierra italiana.
- Eh! Franchesca!! - grita Wally
- Aspetta Marcello!!- respondo yo en medio de un sin fin de italianos que gritan y gesticulan en una calle cualquiera que podría existir por las pinceladas de un pintor florentino o la pluma del Dante. Porque la realidad y el arte en Italia no tiene un límite definido. Casi podrían ser sinónimos.
Gracias a todos los que nos cruzamos en nuestra ruta hasta el sur en la primavera italiana. Jamás los olvidaremos! Hasta la próxima birra!