domingo, agosto 19, 2012

Prosciuto...esa palabra inolvidable!

Diario de Viaje: día 3 el último día

Luego de los dos días maratónicos que llevamos en Roma, esta vez arrancamos un ratito mas tarde para reponernos. Poco mas de las nueve de la mañana desayunamos y partimos para descubrir nuevos rincones. Pasamos primero por un banco a cambiar moneda extranjera y nos encontramos con la sorpresa que la mayoría no ofrece ese servicio. Finalmente llegamos a uno que nos permitió cambiar dolares por euros. Al salir estabamos sobre una avenida que si mal no recuerdo se llamaba Viale de Nicola Enrico y mirábamos las paradas de buses buscando cual nos acercara al Mercado de Campo di Fiori el cual se visita hasta el mediodía. Le pregunté a un señor italiano cual nos podía llevar y nos dijo que tomaramos uno hasta Plaza Lago di Torre Argentina ( la que  habíamos visto el día anterior de noche al volver caminando desde el Trastévere) y como era la primera vez que subiríamos a este transporte teníamos la monedas en la mano. Llegó el bus y el señor lo paró y le preguntó si podía cobrarnos con monedas porque eramos turistas y no sabíamos que se debía sacar tickets en las tabaquerías. El conductor contestó que no y se quedó mirando hacia adelante. El señor subió y cual vendedor ambulante se paró frente a los pasajeros y explicó el problema que teníamos. Yo miraba la cara del chofer que seguía sin inmutarse mirando hacia adelante y esperando tranquilamente que se resolviera la situación. Tampoco se quejó ningún pasajero, es mas , finalmente alguien nos cambió el dinero por un ticket y subimos con este señor. Yo estaba muy asombrada porque se caían definitivamente dos prejuicios que muchos me habían dicho sobre los romanos: que eran maleducados y poco sociables. Era nuestro tercer día en Roma y todos los que nos cruzamos eran educados, cordiales y amistosos. Por cierto, también admirada de que en una ciudad con tanto tránsito permita que las personas tengan un segundo para escucharse y ayudarse mutualmente. En el trayecto el señor nos contó que tenía 82 años y les puedo asegurar que muy bien llevados tal esa así que no lo podíamos creer. Que fue paracaidista civil y que hasta unos pocos años atrás siguió practicandolo. Se bajó con nosotros y nos indicó para donde debíamos caminar para llegar a destino.
Al despedirse nos recomendó que no dejaramos de ver el mirador del Giannicolo detrás del Trastéver. Lamentablemente no tuvimos tiempo. Hay varios miradores interesantes para ver a Roma desde distintos ángulos: el del Palatino ( que comenté en el post anterior) , el del Pincio ( que comenté en el post del primer día en Roma) , el de Plaza España que hablaré mas adelante llamada Quattro Fontane, el del Quirinal cuya panorámica es la cúpula del Vaticano, el del Monte Mario tal vez la mejor vista de la ciuda dpero que se encuentra poco accesible de no ir con auto y algún otro como el curioso Aventín : en el portón de entrada a la finca del Priorato de Malta hay una cerradura, a través de la cual se divisa la cúpula de San Pedro al fondo de un corredor de setos. Se encuentra en la Piazza dei Cavalieri di Malta, nº 3, a la izquierda de la iglesia de San Alejo.
Caminamos unos cinco minutos y nos encontramos con callecitas pintorescas llenas de negocios de comida con quesos , fiambres y de pronto allí apareció la plaza de Campo di Fiori, un emplazamiento que lleva en el medio la estatua, obra del escultor Ettore Ferrari del año 1887, de Giordano Bruno, monje nacido en Nápoles que fue condenado por la Inquisición por herejía y ejectuado en la hoguera en este mismo lugar en el año 1600. Bruno adhirió a la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico y se atrevió también a plantear la infinitud del universo y la posibilidad de existencia de otros mundos como la Tierra. Actualmente la plaza es un lugar donde se concentra el mercado de frutas y todo tipo de comestibles al mejor estilo medieval donde los colores y los personajes parecen sacados de un film italiano de los años setenta.

Yo recorría con la mirada cada puesto deleitada por tanta variedad. De pronto vi los pequeños camiones que parecían hechos a pequeña escala especialmente para esa tarea. Luego veríamos muchos mas en otros sitios. Tienen el tamaño perfecto para entrar en las callecitas del mercado y cargar y descargar la mercadería.
De pronto un vendedor del mercado en un pequeño puesto con una mesa y sentado captó la atención de todo el lugar. Nos acercamos y yo filmé la siguiente secuencia en donde el video es mas elocuente que cualquier palabra.

Era mediodía y un buen momento para elegir algo para picar sentados en la pequeña escalinata del munumento a Giordano Bruno. Elegimos un vaso de ensalada de frutas cortadas bastante grandes y que tenía desde kiwis, frutillas, mango, naranja, banana, manzana y algunas frutas mas que no recuerdo muy frescas y sabrosas para un día que empezaba a nublarse típico de la saturación de alta temperatura para la primavera.
Un rato después nos paramos a mirar como en un puesto de fiambres preparaban sanwich cortando directamente a cuchillo desde la pata de distintos jamones. El prosciuto o jamón crudo practicamente nos llamaba! Y allí fuimos encargamos un enorme pan agregando también una rodaja de queso. Un joven turista le preguntó si podía llevar la mitad de un trozo de queso pecorino que estaba en el mostrador y pesaría aproximadamente trescientos gramos, le dijo que no y nosotros propusimos comprar la otra mitad y ahí accedió gentilmente. Nos entregó el enorme emparedado con pan caliente que pasó por un tostador y nos fuimos a la escalinata a comerlo. Ese momento se pareció mucho a la felicidad.

Nos estabamos yendo de Campo di Fiori y escuché los acordes de un acordeón en el que sonaban una de mis canciones favoritas: Les feuilles mortes de Jacques Prévert y Joseph Kosma. La conocí en la versión Automn Leaves hace muchos años cuando mi madre la tocaba en el piano.
Mientras lo escuchaba recorrímos las callecitas que encuadran la plaza y me compré una cartera divertida con un aplique con dos zapatillas rollingas que estrené ese día para seguir paseando y en la que guardé el pecorino , una palta , tomates cherrys y un par de duraznos que se convertirían en nuestra cena con una cervecita Nastro Azurro.

Nos fuimos de este sitio tan pintoresco caminando con destino a Plaza España, antes pasamos por el Panteón y entramos a visitarlo. Había una gran cantidad de gente que marcaba el sonido del murmullo en tono bajísimo y de pronto iba aumentando a la vez que desaparecía cuando al escuchar por un micrófono el pedido de alguien que les recordaba que era un lugar de descanso para quienes reposaban allí. Un sitio donde uno se impresionaba por su magnífica cúpula y por la cercanía de la historia que allí moraba. Un edificio construido a principio del Imperio Romano dedicado a los dioses como símbolo de la tolerancia religiosa. El Panteón consta de un pórtico con ocho columnas que da paso a una enorme rotonda de mas de 40 metros de diámetro, cubierta por una cúpula de la misma altura, que dan lugar al mayor espacio libre nunca construido hasta entonces. Este edificio es un caso excepcional en la arquitectura religiosa romana, que, en general, se basó siempre en los modelos helenísticos de planta rectangular.
Ha dicho Miguel Angel que esa construcción es angelica y no humana. Por otra parte , Stendhal ha dicho : "El más bello recuerdo de la antigüedad romana es sin lugar a dudas el Panteón. Este templo ha sufrido tan poco, que aparenta estar igual que en la época de los romanos."

 Entre otros el rey Vittorio Emanuel II, su hijo Humberto I, y su esposa Margarita descansan en un capilla. Pero la que mas me conmovió, en la que apoyé mi mano y dejé una oración fue en la del pintor y arquitecto italiano Rafael Sanzio, mas conocido como Rafael a secas, de quien he visto las obras que mas me emocionaron junto con las del los holandeses Van Eyck. Sobre su tumba yace este epitafio: "Aquí yace Rafael, del cual la naturaleza temía ser vencida mientras era vivo, mas ahora que es muerto, teme de morir".
Salimos de allí caminando por Via de la Ripetta pasamos por el Ara Pacis , el Mausoleo de Augusto que lamentablemente estaba cerrado y no pudimos visitarlo. Había un equipo de arqueólogos trabajando en el lugar. Seguimos nuestra ruta y mientras nos dirigíamos hacia Piazza Spagna todo parecía ser  interesante pero los tiempos no nos permitían parar. Iglesias de todos los tamaños y estilos nos tentaban en el camino pero no nos detuvimos. Sabíamos que nos faltaba mucho por ver y era prácticamente nuestro último día en Roma porque al día siguiente tomaríamos una excursión a Pompeya y Napole que  nos llevaría todo el día y él último día saldríamos para la Toscana.
Finalmente llegamos a Plaza España y nos encontramos subiendo una cuesta hacia la enorme y famosa escalera.
La monumental escalinata de 135 peldaños fue inaugurada por el Papa Benedicto XIII con ocasión del Jubileo de 1725; la construcción de la misma se lleva a cabo gracias a aportaciones de la Casa de los Borbones franceses de para conectar la embajada española (borbónica), de ahí el nombre de la plaza, con la iglesia de Trinità dei Monti.

La primer obra que aparece ante los ojos es una escultura de Bernini llamada La fontana de la barcaccia por su parecido con un barco naufragado. Es bellísima, me subí desde un extremo para mojarme con el agua fresca y cristalina de la bella fuente. Después comenzamos a subir las escalinatas hasta la parte mas alta que es donde se encuentra la iglesia Trinidad dei Monti. Por algún motivo pensamos que al llegar a la cima visitariamos la iglesia y volveríamos a bajar. Estabamos errádos. Arríba , delante de la mismísa iglesia había una calle que atravesaba Roma por allí. Nos quedamos un rato mirando desde el balcón - calle - enorme mirador hacia abajo y nos hubiesemos quedado un siglo.
 Walter diviso una terraza donde funcionaba un bar muy coqueto. Un mozo vestido  para la ocasión. Un  mes después veríamos esa terraza en una escena de la película A Roma con amor de Woody Allen. Seguimos la calle de arriba que era como si la ciudad nos acompañaba en la vista panorámica.  El sol había retornado a la ciudad y era un buen momento para visitar Villa Borghese un parque verde grande sin mayores pretenciones pero con árboles añosos y la tranquilidad perfecta para escaparse de esta bella pero caótica ciudad. Caminamos entre una enorme cantidad de bustos de personalidades destacadas de la historia en todos los ámbitos. Nos sacamos fotos con alguno de ellos y seguimos el sendero . Encontramos un hermoso pedestal sin la estatua. Yo me subí a reemplazarlo. nos reímos mucho. Caminar por ese parque libres nos resultó muy divertido. Nos cruzamos con la calle Ana Magnai y Marcelo Mastroiani, Finalmente llegamos al destino que era la Gallería Borghese. Nosotros estabamos cansados, transpirados , con la mochila y el morral rollinga y nos encontramos que la gente que se acercaba y entraba estaba vestida como para una noche de gala. Preguntamos y hallamos la respuesta. Ese día excepcionalmente el museo había cerrado sus puertas porque había un evento especial. No pudimos visitarlo y salimos del parque por la zona donde se encuentra las viejas murallas romanas que dan acceso a la famosa Via Veneto. La recorrimos felices y paramos un rato en el Hard Rock Café donde Walter compró un pin para su colección alusivo a la ciudad. 
Ya acercandonos al final de la calle nos detuvimos a mirar un restaurante que tenía una variedad de pescados frescos a la vista y un mozo de etiqueta que fue muy simpático que nos invitaba a cenar en el lugar. Declinamos la oferta ( a esa altura  ya estabamos impresentables!!) y nos dío una tarjeta para que lo tuvieramos en cuenta para la próxima. Le pedía a Walter que me sacara una foto con él que accedió de muy buena onda y nos recordó que nos esperaba para otra vez. El restó se llamaba Il Vineto y está en Vía Veneto 6 (ilvineto@yahoo.it) por si andan por Roma y quieren reservar.
Ya estabamos a pocas cuadras del B&B así que en el camino me compré un enjuague para el pelo en una perfumería parecida a las que había antes en Buenos Aires cuando las farmacias no vendían esas cosas.  Luego compramos un pan lactal porque las panadeerías estaban cerradas y nos fuimos al hotel, Un baño reparador, un programa de tv italiano , los sanwich con lo que compramos en el Mercado de Campo di Fiori , y la cerveza bien fría eran el mejor final para un día de calor en la bulliciosa Roma.


Les dejo un video que tomamos en Piazza Spagna desde el mirador delante de la iglesia Trinidad dei Monti


Nos organizó el viaje:

Silvia Spagnuolo y María Inés Viajes & Turismo - Leg. 13253
Alsina 1053 -Banfield4288-2828 / 4922-3321 / 155528-1386
silviasd@fibertel.com.ar /msn: silvia_spagnuolo@hotmail.com
www.lugaresviajes.com.ar

Alojamiento en Roma B&B BonTom Suites
www.bontomsuites.eu



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