Ayer a la mañana vino mi suegro de visita. Debo aclarar para quienes no lo saben que Don Luis es como mi papá, ya que cuando perdí al mío allá por el 88 siempre estuvo a mi lado en los momentos que mas lo necesitaba. Curiosamente es muy diferente al mío a quien ame y amo entrañablemente a pesar de que no esté conmigo. Pero lo importante es que ayer por la mañana llegó a casa con la alegría de un chico cuando suena el timbre del recreo en la escuela primaria. Traía en la mano una camiseta de Boca autografiada por todos los jugadores que había ganado en un asado en el Club Atletico Boca Juniors al que acude anualmente comprando la tarjeta entro otros miles de socios vitalicios. Inmediatamente le pedí que posara para la foto y por supuesto se la puso! Desde ayer que no dejo de pensar en él. En sus tantisimos años y en su conducta intachable, inequívoca, impecable términos que se potencian si quien los recibe es un ciudadano argentino que vivió en los ultimos ochenta y pico de años en este país. Pero sobre todo, no dejo de pensar que vale la pena ser una persona de bien en esta vida. Y esa es su mejor legado para quienes lo tenemos dentro de los seres que amamos en esta vida. Gracias Don Luis!
Pequeña apostilla: Mención especial para Odi que envió con él lentejas y torta de manzana INIGUALABLES. Pero ya haremos un lugar aparte para describir a Odilia y su maravilloso corazón.
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