
La mañana del quince de octubre, vispera del día de la madre fue casi casi un clima de verano. Pasó NEstor y me llevó a comprar asado y carbón y se volvió a trabajar porque tenía un par de fletes mas. Mientras Juan Manuel no daba señales de levantarse y Walter no llegaba de un service imprevisto decidí invitar a Luis a que encendieramos el fuego juntos. Teniendo en cuenta que era nuestra primera vez.


El buen tiempo hizo que todos nos juntaramos arriba a comer los choris y las morci panes con los buñuelos de espinaca que había preparado mamá.
Hasta ella logramos que subiera a la terraza. Agustina no dejaba de jugar con Guaicu que estaba muy feliz de ver a su amiguita del verano.

Nes jugaba con la maquinola digital y logró algo inigualable: convirtió a todos en esas imagenes de espejos deformantes que había en el viejo Ital Park. He aquí una prueba irrefutable de ello.


Lamentablemente nos quedamos sin pilas en la cámarita y no quedaron fotos de la mesa ni de la sobremesa larga y divertida ni del ensayo, ni de la tarde de fotos del cumple de Fer y DVD de la fiesta de quince. Por la noche nos fuimos todos a ver a Juancito que tocaba en Materia con el trío de Jazz y terminamos un sábado realmente hermoso. El vino que regaron la jornada fueron fue Lopez Tinto, San Huberto y Finca Gabriel Malbec.

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