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domingo, julio 02, 2017

Nuestros días en Portugal: Lisboa la llegada.



"Después el abuelo ponía el disco de uno que tocaba la trompeta y se entusiasmaba, se acariciaba sus bigotes blancos siguiendo el ritmo, escucha a este músico, decía, escucha cómo hace latir la vida en su trompeta, la vida es aliento, muchachito, en principio era el verbo, y los curas quién sabe lo que se han creído, pero el verbo es aliento, muchachito, nada más que aliento... En la vida hay que amar la vida, y a ti tiene que gustarte siempre la vida, recuérdalo, la muerte les gusta a los fascistas..." Antonio Tabucchi autor de "Sostiene Pereyra" 




Cuando el sol caía estábamos en la Playa de la Concha de San Sebastián y no quedamos un rato a ver ese atardecer que era una postal. Luego seguimos camino a Bilbao donde al otro día tomaríamos un vuelo de TAP a Lisboa. Nos alojamos en el hotel

Ercilla en la calle homónima. El diseño del hotel hace juego con la moderna ciudad vasca que combina lo antiguo con lo vanguardista en perfecta armonía. No en vano allí hay un museo Guggenheim  de arte contemporáneo diseñado por el arquitecto canadiense Frank O. Gehry que impacta con su arquitectura al cruzar uno de los puentes de la Ria del Nervión llamado Salbeko Subia. Esa noche mientras anduvimos un rato por las calles notamos la impronta de mucha juventud disfrutando bares y lugares nocturnos. 
Al otro día nos iríamos temprano al aeropuerto donde dejaríamos el auto que nos acompañaba desde el sur en Granada y con el cual atravesamos España de Sud a Norte en su parte mas profunda. 
Todo había salido perfecto y si algo nos lamentamos fue de no haber podido quedarnos un par de días mas en el Pais Vasco, asignatura pendiente que sin dudas logrará saldarse alguna vez. 


Desde el avión pude divisar el impactante puente Vasco da Gamma sobre el Río Tajo, es el más largo de Europa, con sus 12,3 km (0,8 km de puente principal y 11,5 km de viaductos), El nombre del puente conmemora los 500 años de la llegada de Vasco da Gama a la India, en 1498. Mientras estaba en el vuelo pensaba en el libro Sostiene Pereyra que escribió el italiano Tabucchi y parte de su trama se narra en Lisboa. 

Aterrizamos en el  aeropuerto poco después del mediodía. Un muchacho alemán nos regaló una tarjeta para viajar en transporte público entendimos entre señas. La fuimos a cargar en las maquinas y tomamos el metro que nos dejó en la parada de Sao Sebastiao justo frente a la tienda El Corte Inglés. 

Allí está el Parque Eduardo VII y nuestro hotel se encontraba a 800 metros bordeando el parque. Se llamaba Avenida Park. La cuestión parecía sencilla pero al llegar al lugar los mencionados metros eran en una cuesta terriblemente empinada y la temperatura marcaba los 39 grados C.  


Era pasado el mediodía y el sol caía como un rayo literalmente
sobre nuestra cabeza y arrastrándonos llegamos a destino.  Un rato después de acomodarnos en la habitación y darnos una ducha tomamos el  metro hasta la estación de Santos y allí caminamos por la ribera hasta la Plaza del Comercio pasando por el Cais do Sodré. La Plaza del Comercio es espectacular e impacta a primera vista. 

La Plaza del Comercio (Praça do Comércio) es la plaza más importante de Lisboa. Fue construida donde estuvo situado el palacio real antes de ser destruido por el gran terremoto de 1755.

La fisionomía de la Plaza del Comercio se compone de un conjunto de edificios porticados en tres de sus lados y está abierta en el lado sur, mirando al Tajo. Históricamente ahí llegaban los barcos mercantes y ésta era la puerta de Lisboa.
Cerca de la plaza, en la orilla del río, está la estación fluvial Cais de Sodré, de donde parten las excursiones por el Tajo y los barcos que cruzan el río.
Situado en el lado norte de la Plaza del Comercio, el Arco da Rua Augusta da comienzo a la calle Rua Augusta, la calle más importante de La Baixa ( el barrio bajo).

El Arco Triunfal da Rua Augusta fue diseñado por el arquitecto Santos de Carvalho para celebrar la reconstrucción de la ciudad después del gran terremoto. Su construcción finalizó en 1873 y sus estatuas representan, entre otros, a Vasco de Gama y al Marqués de Pombal.
También se encuentra allí la Estatua ecuestre de José I esculpida en bronce por Machado de Castro en 1775 representa a José I, rey portugués que estuvo al mando durante el terremoto de Lisboa.


A medida que nos adentrábamos en la Baixa me costó mucho admirar la ciudad. Se encontraba raramente, tratándose de una ciudad capital europea, muy poco aseada y con poco mantenimiento. Para observar su belleza era necesario mirar con mucho interés. Por otro lado la altísima temperatura de aquellos días de finales de junio no ayudaban con los aromas que emanaba el

río Tajo y algunas redes de desague de la ciudad. De todos modos mientras tomaba fotos comencé a descubrir la belleza de su arquitectura. Caminamos por la rúa Augusta hasta el Rossio. La Baixa es el barrio más céntrico e importante de Lisboa. 

Fue reconstruido tras el terremoto del siglo XVIII por el Marqués de Pombal, con un estilo clásico y calles geométricas, en él abundan las fachadas cubiertas de azulejos tan típicas de Lisboa. Es el barrio más comercial y durante el día está muy animado. Se pueden ver los tradicionales tranvías que hacen al paisaje muy pintoresco.


También paramos en el Elevador de Santa Justa que funciona como transporte turístico pero también localal Barrio Alto. Decidimos subir otro día. Cuando llegamos al Rossio una plaza un poco antes que la de los Restauradores notamos su aire antiguo ( data del siglo XIII )y realmente exquisito. Rodeada de edificios de gran valor arquitectónico  en el centro de la Plaza del Rossio se encuentra la estatua de Pedro IV de Portugal, El Rey Soldado. En su base cuatro figuras femeninas representan las bondades del rey.Construido en 1842 . Tambien está el Teatro Nacional Doña María II, el teatro sustituyó al antiguo Palacio Estaus, sede de la inquisición portuguesa desde mediados del siglo XVI. En su fachada destaca la figura de Gil Vicente, el padre del teatro en Portugal. A mano izquierda del Teatro Nacional se encuentra esta estación de tren de imponente fachada construida en 1887. 




 Continuamos hasta   la Plaza de los Restauradores, llamada así en honor de los que en 1640 se rebelaron contra la dominación española y en cuyo centro se encuentra un obelisco para conmemorar el acontecimiento, está el vistoso edificio del Hotel Edén ocupando lo que fuera un antiguo cine. Al final de esta plaza comienza la Av Liberdade , una preciosa avenida de poco más de un kilómetro de longitud. Es la avenida más majestuosa de Lisboa, con edificios del siglo XIX y aceras cubiertas con mosaicos que forman dibujos en blanco y negro. Está llena de cafés con terrazas cubiertas, monumentos y jardines.



 Esta avenida te lleva a la Plaza del Marqués de Pombal, donde comienza la moderna Lisboa. Antes de seguir visitamos el Hard Rock Café que está frente a la Plaza de los Restauradores y nos sorprendió gratamente con su colecciion de objetos de rock como también con su diseño. En su techo se puede ver colgando un Cadillacs....! Como saben nuestros lectores Wally es miembro del Hard Rock Members y coleccionista de pines. 


Nos perdimos caminando entre las calles angostas y elegimos un bar donde cenar . Disfrutamos de un besugo a la portuguesa de película y regresamos al hotel. En nuestra calle la Avenida Sidónio Pais pocos pasos antes de llegar a la Plaza Maquez de Pombal  había unos barcitos que a la noche se ponían muy divertidos y allí tomamos unas cervezas con caracoles tan ricos como los que servían en Sevilla. 

Durante nuestra estadía en Lisboa nos alojamos en el hotel. 
AVENIDA PARK 

Volamos con TAP Portugal

lunes, abril 17, 2017

Morro de Sao Pablo: Excursión a Gamboa

"Éramos tan ingenuos. No sabíamos adónde nos llevaría el camino, no teníamos ni idea de que nos separaríamos. Playa, mar, cielo. Estaban ahí para nosotros y nada más que para nosotros. Un mundo sin fin."
Garth Stein

Nuestro tercer día en el Morro de Sao Paulo tomamos una excursión que recorría Ponta do Curral , un hermoso banco de arena desde donde se puede temer una vista del morro para continuar hacia una playa cercana a Gamboa donde una pendiente del macizo que emerge del mar ofrece baños de arcilla rosa con propiedades exfoliantes de la piel. Finalmente ya en la playa de Gamboa el almuerzo con platos bahianos, pescados y frutos de mar. La playa de Gamboa es un lugar de relajación ya que cuenta con una enorme playa de arenas blancas, aguas serenas y un paisaje de ensueño.

A la hora del desayuno encontramos en el lobby del hotel una iguana enorme y bella sobre un sillón.
La mascota de la Pousada Bahía Bacana resulto ser muy amigable y dado  mi particular amor por los reptiles disfruté mucho ese encuentro cercano.
Desde la Tercera Praia partimos una vez mas hacia el mar pero mientras  esperábamos bajo las generosas hojas de una  palmera un pequeño cangrejo amarillo nos vino a visitar. Era realmente bonito. Daba vueltas alrededor de las piernas de Mari y nos entretuvimos con la situación. Esa naturaleza animal integrada al lugar y a sus
visitantes es algo que caracteriza al morro.


Esta especie de cangrejo se llama Guaiamu de concha azul tiene
unos 10 cm. Las patas delanteras, equipadas como pinzas tienen forma desigual, una es grande y la otra más pequeña lo que les facilita llevar la comida a la boca, esto es así para los machos. . Las hembras en la época de desove toman el color del casco y los dedos en los tonos de color crema o amarillo. El macho es mucho más grande,y su coraza es de color azul. Allí estábamos frente a un Guaiamu hembra muy simpático cuando a pocos metros una lagartija se camuflaba entre la arena y alguna vegetación.
Demoramos un poco la salida porque aún no habían terminado de dejar el pequeño puerto las embarcaciones que iban a Boipeba , la que nosotros habíamos hecho el día anterior y si les interesa pueden leer en Excursión al Paraíso de Boipeba. La Prefectura controla que la  cantidad de embarcaciones y la capacidad máxima de pasajeros sea la permitida. Así fue que la marea fue subiendo y cuando nos tocó embarcar tuvimos que llegar con el agua por la cintura. Es tan placentero caminar en esas aguas límpidas y cálidas , en ese momento hasta ese barco tan pintoresco de madera que se llamaba Kiaora, nos acompañó un guía llamado Bruno que hablaba español y fue realmente de excelencia.
Navegamos hacia una barrera de corales donde hicimos la primera parada para disfrutar el snorkelling a pleno. Esta vez Julian con la Go Pro Hero  en mano nos permitió guardar el recuerdo. Con alguna de las tomas edite un video que de algún  modo evoca aquellos momentos de contacto con la barrera de corales y sus habitantes. Para mi fue algo mágico, de película, la atracción que ejercía ese mundo apenas submarino me encandiló para siempre.
Aquí les dejo el video



Un rato después navegamos en dirección a la Ponta do Curral mientras veíamos una panorámica del morro con su farol erguido y elegante en medio del mar. Y pasamos por nuestra playa donde un giro fue dejando atrás la imagen de la Primera Playa y nos dirigimos a espalda del morro a nuestra siguiente parada. Un banco de arena en medio del mar. Lo recorrimos caminando bajo el fuerte sol del mediodía y tengo aún la luz de aquellos instantes en mi retina. Era la postal de un film de corsarios. 


Y así seguimos, esta vez rumbo a Gamboa, nos detuvimos en una playa donde una altísima pared de la montaña nos ofrecía su arcilla rosa y con Mari nos embadurnamos todo el cuerpo . Los muchachos no quisieron probarla pero se divirtieron filmando la escena en que nosotras y muchas otras mujeres parecíamos de alguna tribu. 



De pronto apareció una nube que descargo su lluvia sobre nosotras que a esa altura estábamos dentro del mar enjuagando nuestra piel, que nos quedó como si fuéramos bebes. La lluvia de verano fue sumó un plus a nuestra alegría. Julian nos filmo cantando y bailando bajo la lluvia, Walter se refugió en el Bar do Peter, un parador con toda la onda del mundo que esa noche hacía una fiesta en la playa a la que nos hubiera gustado ir. 



Cuando nos embarcamos nuevamente ya el cielo estaba despejado y unos minutos después estábamos en la playa de Gamboa bajo la sombra de los cocoteros comiendo la exquisita gastronomía bahiana. Pasó un muchacho vendiendo jabones de arcilla rosa con distintas propiedades y disfrutamos de una sobremesa perfecta.



Al regreso vimos como el sol bajaba sobre la linea del mar y la silueta del morro con algunas barcazas de pescadores nos acompañó en el camino y cuando arribamos al puerto del Morro de Sao Pablo parecíamos cuatro locos con una mezcla de alegría, emoción. Ese puerto era del algún modo nuestro hogar, cada día habíamos arribado a él con la sensación de volver a casa porque el Morro de Sao Paulo te brinda la calidez y el amparo de la naturaleza misma.

Subimos la empinada cuesta una vez mas muertos de risa. Al llegar al centro tomamos fotos en un local muy peculiar lleno de esculturas locales algo bizarras en la paredes y seguimos camino a la posada.

 Con las últimas luces del día subimos a la terraza de la posada y pedimos unos tragos, yo elegí un mojito delicioso. La terraza tenía a un costado un vergel de plantas aromáticas y vi cuando el barman cortó la rama de la hierbabuena. Allí todo era azul, la piscina, el cielo, el mar por reflejo del cielo y viceversa. Aún recuerdo el momento en que Walter disparó el click sobre mi cuerpo dentro del agua. Y sin filtros la foto es azul. Esa noche volvimos a la comida italiana de la Tercera Praia y al regreso nos alcanzó un aguacero. Julian y yo decidimos volver al trote bajo la lluvia tropical las calles que suben y bajan al lado del mar. Atras, algo rezagados y mas precavidos llegaban Mari y Wally riéndose. Esa noche no vimos salir la luna pero el sol lo llevábamos en la piel bronceada y feliz como nuestras almas. 


Los tours que realizamos en nuestra visita al Morro de Sao Paulo fueron contratados a Zulu Turismo 


Facebook: https://www.facebook.com/ZuluTurismo


viernes, febrero 17, 2017

Visita al Palacio Real de Madrid

“Los españoles tuvieron una clara superioridad sobre los demás pueblos: su lengua se hablaba en París, en Viena, en Milán, en Turín; sus modas, sus formas de pensar y de escribir subyugaron a las inteligencias italianas y desde Carlos V hasta el comienzo del reinado de Felipe III España tuvo una consideración de la que carecían los demás pueblos.”
Voltaire


En el final del posteo anterior comenté lo caótico
que fue entrar a Madrid con auto en hora pico luego de vivir prácticamente un mes recorriendo el sur de Italia y de España. Esa noche luego de lograr dejar el auto sin pagar parking en Aluche volvimos al Hotel Arosa ya casi madrugada. Al día siguiente desayunamos temprano ya que teníamos prevista una visita al Palacio Real. Antes de contarles al respecto me detendré un  momento para decirles que el Hotel Arosa tiene una particularidad: el ascensor. Es ademas de muy pequeño (pero entras dos personas y su equipaje) tiene un cartel que reza: "probablemente sea el único ascensor del mundo construido en esta forma" en varios idiomas y continua "Pruébame y sonrie mientras te tomas una foto". Es bastante sorprendente pero nos hizo reir y lo hicimos. Pondré aquí el resultado de la foto aunque dificilmente se pueda ver la forma del mismo. Tiene forma de triángulo y las paredes espejadas. Es divertido. Y una forma de no pensar : Que elevador tan pequeño! 

La habitación del hotel tenía un balcón francés minimo pero de gran ventanal que daba sobre la Gran Vía a la altura de la estación de metro homónima. Un excelente ubicación. Estábamos en un piso bastante alto como para que la gran actividad de la zona nos afectara sonoramente pero lo suficiente para disfrutar las panorámicas de la arquitectura particularmente bella de esa calle de Madrid. 


El hotel servía un desayuno muy completo y repleto de jamones que solo en Madrid uno puede comer. 
Como les contaba fuimos caminando hasta el Palacio Real unos 15 minutos y de camino ya fuimos familiarizándonos con una ciudad que nos traía recuerdos de Buenos Aires por momentos y que nos recibía con un cielo diáfano y una temperatura ideal para arrancar el día.  

Datos útiles del Palacio Real de Madrid
Aquí pueden ingresar a su web site oficial y comprar las entradas con anticipación . Tiene una tarifa de alrededor de 10 euros. Puedes bajar la app del mismo tanto del Play Store como del Apple Store
para realizar la visita más completa. Puedes descargarte todo el contenido y disfrutarlo desde casa o durante la visita. Si lo prefieres, en cada uno de los museos podrás alquilar una tablet. Está disponible en 16 idiomas. 
Existe acceso para personas con discapacidad y se dispone de sillas de ruedas manuales.

El Palacio Real 
El primer dato interesante de este palacio es que es el único que estando en funciones en Europa se permite visitar. Es la residencia oficial del rey de España; no obstante, los actuales reyes no habitan en él, sino en el Palacio de la Zarzuela, por lo que es utilizado para ceremonias de Estado y actos solemnes lo cual permite visitar un palacio aún en uso. 
Con una extensión de 135 000 m² y 3418 habitaciones (en superficie, casi el doble que el Palacio de Buckingham o el Palacio de Versalles), es el palacio real más grande de Europa Occidental,2 y uno de los más grandes del mundo. Realmente nos sorprendió por su gran riqueza patrimonial. 
 Alberga un valioso patrimonio histórico-artístico, destacando el conjunto de instrumentos musicales conocido como los Stradivarius Palatinos, y colecciones muy relevantes de otras disciplinas como pintura, escultura y tapicería. Las salas de Estado y las colecciones artísticas están abiertas a las visitas siempre que no haya actos oficiales. Afortunadamente no las había aquel último día de junio. 
También se lo conoce como Palacio de Oriente por su ubicación geográfica y fue construido en el siglo XVIII.
Antes de ingresar al Palacio ya su fachada Sur y su emplanada llamada Plaza de la Armería son realmente sorprendentes. 
En ella se encuentra la Catedral de Santa María la Real de la Almudena
El solar que hoy ocupa la plaza de la Armería fue usado durante muchas décadas como anteplaza de armas.
Se muestra la fachada Sur del Palacio Real con un gran reloj y dos mástiles, uno donde ondea la bandera de España y el otro para colocar el estandarte real cuando el monarca se encuentra en Palacio. Nos detuvimos un buen rato en esta plaza a tomar fotos porque es realmente una joya arquitectónica. 
En la plaza tiene lugar la ceremonia del cambio de guardia de la Guardia Real el primer miércoles de cada mes a las doce en punto.

Ingresamos por la escalera principal ya un motivo de franca admiración. 

La escalera principal del Palacio Real de Madrid fue construida a partir de varios proyectos, la mayoría de ellos diseñados por Juan Bautista Sachetti, arquitecto principal del Palacio.

La actual escalera, de tipo imperial y suave pendiente, es más sencilla que la proyectada por Sachetti y fue concluida y diseñada por Francesco Sabatini, quien tomó como modelo la del Palacio de Caserta, pero respetando la impresionante caja construida por Sachetti. Parte de un solo tiro de arranque hasta el gran rellano central, donde se divide en dos tramos paralelos que suben en sentido inverso al primero.
Los escalones, fabricados en mármol de San Pablo (Toledo), están labrados cada uno en una sola pieza de cinco metros de longitud y escasa altura, teniendo por tanto un ascenso poco pronunciado. La balaustrada de los dos tramos superiores se adorna con sendos leones de mármol, obra de Felipe de Castro y Roberto Michel.
La bóveda está decorada con ricos estucos blancos y dorados y el Triunfo de la Religión y de la Iglesia, hermoso fresco de Corrado Giaquinto, pintor que fue mandado llamar por Fernando VI. La estancia se ilumina por cuatro grandes farolas de estilo imperio parcialmente doradas.
Subimos por ella hasta la planta alta del palacio y visitamos los distintos salones. La restricción a partir de aquí para sacar fotos es estricta y el personal de seguridad lo hace cumplir insistentemente. Debe tener que ver con que es el palacio oficial y está en uso por lo cual no tendré fotos mas que de las escaleras y los exteriores . 


El Salón de Alabarderos del Palacio Real de Madrid fue concebido por Juan Bautista Sachetti como salón de baile o comedor de gala, pero Carlos III lo convirtió en salón de los guardias que custodiaban el recinto.
Es una de las salas palaciegas que más riqueza muestran, la cual está basada en los frescos que adornan sus muros. Giovanni Battista Tiepolo fue el encargado de decorar la estancia, para lo que realizó varias pinturas de carácter mitológico: Eneas conducido al templo de la Inmortalidad por sus virtudes y victorias, Venus encomendando a Vulcano que forje las armas para Eneas, temas que parecen aludir a la función militar del espacio pero también a la figura de Carlos III como guerrero victorioso y a su madre Isabel de Farnesio como reina prudente y protectora.




Está decorado con tapices de Bruselas del siglo XVI, tibores de porcelana china del siglo XVIII y piezas de porcelana de la villa francesa de Sèvres.
En este Salón se instala el Belén Napolitano del Palacio Real.

El Salón de Columnas es uno de los recintos más utilizados dentro del Palacio Real de Madrid.
La arquitectura de esta sala es exacta a la de la Escalera Principal, ya que fue la caja de la doble escalera proyectada por Sachetti. Se utilizó para la celebración de bailes y banquetes hasta el año 1879, cuando, al fallecer la reina María de las Mercedes de Orleans, primera esposa de Alfonso XII, se situó en dicho salón su velatorio y se decidió construir un nuevo salón de baile, que también se utilizaría como Comedor de Gala, función que conserva actualmente.
Hoy en día el Salón de Columnas es utilizado para recepciones con numerosos asistentes, como el vino de honor posterior a la pascua militar y al discurso al cuerpo diplomático, además del encuentro de embajadores de España y la entrega de los Premios Nacionales del Deporte.
En este Salón se instala el Árbol de Navidad del Palacio Real.

Cámara de Gasparini
Su decoración data del reinado de Carlos III y está considerado uno de los más hermosos salones del palacio y ha llegado hasta nuestros días prácticamente sin ningún retoque. 
Era el lugar donde el Rey se vestía en presencia de la Corte, según la costumbre de la época. Algo hoy inimaginable! 
 Su decoración, realizada por Matías Gasparini, presenta grandes originalidades del tipo chinoiserie en estilo rococó. Los muebles, el suelo de mármol y el tapizado de las paredes se diseñaron como un conjunto. En fecha reciente, la seda de las paredes hubo de sustituirse por su mal estado, si bien sus bordados se cosieron laboriosamente sobre el nuevo tejido.
Cabe destacar el reloj situado sobre la chimenea, obra de Pierre Jacquet Droz, con autómatas vestidos a la moda del siglo XVIII que bailan cuando, al dar las horas, un pastor sentado toca la flauta. Es deslumbrante. 

El Gabinete de Porcelana fue decorado en época de Carlos III, influenciado por las construcciones similares que llevó a cabo como rey de Nápoles y Sicilia.  Para su construcción se colocaron bastidores donde habrían de sujetarse las placas de porcelana. El proyecto decorativo es de estilo tardobarroco clasicista.
El pavimento de esta sala es uno de los más bellos elementos decorativos ideados por Gasparini. Está compuesto por una elegantísima taracea de mármoles de colores y en invierno se cubre con una alfombra de lana que simula los motivos representados por el mármol. 

A esas alturas el Palacio Real ya nos había sorprendido lo suficiente como para captar nuestra admiración profunda y aún no habíamos visto todo. El Salón de Espejos es un salón de estilo neoclásico que era usado como tocador por la reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, reinado durante el cual fue concebido y decorado. 
A ello contribuyen los zócalos de mármol rosado y los paramentos de las paredes, cubiertos de una fina ornamentación de estuco en la que predomina el blanco y el azul. Los grandes espejos que dan nombre al salón están guarnecidos en oro y azul, coronados por estucos blancos sobre fondo azul y rodeados con decoración de motivos vegetales.
Cabe destacar el velador central, de caoba y bronce dorado, realizado por Thomire en 1788. En tiempos de Alfonso XIII esta sala era utilizada como salón de música. La estancia también contiene una estatua en mármol que representa a la infanta María Cristina de Borbón y Battenberg, hija de Alfonso XIII, cuando era niña.

El salón del Trono  es una habitación que da a la crujía principal del edificio, situando los sillones, flanqueados por leones dorados y con el fondo del estandarte real, frente a un ventanal que da a la Plaza de la Armería
El salón está presidido por dos tronos que son copia exacta del trono de la época de Carlos III. Las paredes estás tapizadas en terciopelo rojo de Génova con orlas de estilo rococó de plata dorada bordadas en Nápoles. Debido a su deterioro, el terciopelo fue reemplazado recientemente, cosiendo sobre el nuevo las orlas de plata originales. A ambos lados del trono se sitúan cuatro leones de bronce dorado. Estos últimos, cada uno de los cuales apoya una garra sobre una bola de caliza de color rojizo, fueron encargados por Velázquez durante su segundo viaje a Italia para decorar el Salón de los Espejos del antiguo Real Alcázar de Madrid, dado que a su cargo de Pintor de Cámara unía el de Aposentador Real. 
Otras piezas importantes son las estatuas, algunas de ellas realizadas en Roma por discípulos de Bernini y traídas por Velázquez por encargo de Felipe IV. Las arañas que iluminan el salón datan de la época de Carlos III, fueron realizadas en plata y adornadas con cuentas de cristal de roca tallado engarzadas en hilo de plata. En la bóveda destaca la alegoría pintada por Tiépolo en 1764 y que representa «La Grandeza de la Monarquía Española».
Es en este salón  donde el Soberano celebra la Pascua Militar y su tradicional discurso al cuerpo diplomático. Por otra parte, cuando se celebran cenas de gala, el rey y sus invitados (jefes de Estado fundamentalmente) reciben en el Salón el saludo o besamanos de los miembros del Gobierno y convidados a la cena.
En el año 2013 se llevó a cabo una limpieza en profundidad de los elementos del salón (estatuas, espejos, alfombras, lámparas) mientras se sustituyeron todas las luces por focos LED. El Mensaje de Navidad de S.M. El Rey del año 2015, fue pronunciado en este salón.

La Capilla Real es uno de los puntos más interesantes desde el punto de vista arquitectónico de todo el Palacio. Situada en el centro del lado norte de la planta principal del palacio, tiene su acceso desde la galería que rodea el patio central. También una institución ligada a la Casa Real Española y que forma parte fundamental de la Corte de los reyes.
La planta es de tipo central o elíptica, estando coronada por una cúpula de media naranja. A cada uno de los ángulos que describen la planta, salvo el atrio, la distribución de la Capilla es clásica: al este se sitúa el altar mayor, de mármol; al norte el altar del Evangelio; al oeste el órgano y el atrio ocupa el lado sur. Los asientos reales se sitúan en el lado norte, próximo al altar mayor, que está a su derecha.
Sobre el altar mayor hay un cuadro de Ramón Bayeu, San Miguel triunfando sobre los demonios, y en el altar del evangelio, el cuadro de La Anunciación, obra postrera de Mengs. El dosel y los sillones de los soberanos son de la época de Fernando VI y fueron realizados en raso blanco con bordados de plata y sedas de colores. El órgano, construido en 1778 por Jordi Bosch i Bernat, está considerado como una auténtica obra maestra. Se conservan en la Capilla los restos de san Félix, el cual está representado en una figura de cera dentro de un sarcófago de cristal.
En tiempos recientes la Capilla Real ha sido utilizada para funerales de la Familia Real Española, sirviendo como capilla ardiente en abril de 1993 para Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona, y en enero de 2000 para María de las Mercedes de Borbón-Dos Sicilias, Condesa de Barcelona. En noviembre de 2000 se celebró un Te Deum en esta capilla para conmemorar el 25 aniversario de la proclamación de Juan Carlos I como rey de España.

La Sala de la Corona  está situada en la hasta ahora denominada Cámara de la Reina María Cristina, se trata de una pieza decorada con tapices representando las cuatro estaciones. Con motivo de la proclamación de Felipe VI como rey de España el 19 de junio de 2014, la sala se remodeló para albergar los símbolos de la monarquía constitucional.
Así, se exponen la corona y el cetro pertenecientes a las Colecciones Reales, que nunca se habían expuesto antes al público, 
En esta sala también se expone un collar de la Orden del Toisón de Oro, la más alta condecoración que concede la Monarquía española. Realizada en plata sobredorada y oro, fundidos, cincelados y esmaltados, la pieza que se muestra procede del reinado de Isabel II, quien se la impuso a la imagen de la Virgen de la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha en 1854.
El sillón original del Salón del trono del Palacio Real de Madrid es otra de las piezas incorporadas a la sala. Perteneciente al rey Carlos III, cuya efigie reproduce en su respaldo, ha servido de modelo para los tronos posteriores.
Asimismo, la Sala de la Corona muestra la denominada Mesa de las esfinges, de estilo Imperio y adquirida por Carlos IV en 1803; es una de las obras maestras del mobiliario en las Colecciones Reales. En ella, el rey Juan Carlos I sancionó la Ley Orgánica por la que se hacía efectiva su abdicación, el 18 de junio de 2014, cuyo texto también se exhibe; anteriormente había servido para firmar el ingreso de España en la UE.
Completa la sala un ejemplar del discurso de la proclamación del rey Felipe VI, firmado expresamente por él mismo.

Se visita también el Antiguo cuarto de la Reina con este nombre se denominan varias estancias construidas como aposentos para la reina Isabel de Farnesio, quien los habitó entre 1764 y 1766.86 Después sirvieron como habitaciones de la Infanta María Josefa y de la princesa de Asturias, María Antonia de Borbón-Dos Sicilias, esposa del futuro Fernando VII.
En la Segunda Antecámara de la Reina se ha guardado, desde tiempos de Carlos III, la colección de piezas de plata para uso cotidiano de la Familia Real, cuberterías y trofeos deportivos ganados por Alfonso XIII y su hijo, Don Juan de Borbón.
También el Cuarto del Infante don Luis, Cuarto de la reina María LuisaCuarto de Carlos IV, en las que se pueden encontrar obras de Goya entre otros maestros de la pintura española. 
En el Palacio se conservan lo que podrían denominarse «restos» de la gran colección real, puesto que la mayor parte de sus fondos pasaron a formar parte del Museo del Prado en el siglo XIX. Aun así, la colección de pintura puede considerarse muy importante, abarcando múltiples géneros, escuelas y épocas.
De Velázquez destacan una miniatura en cobre representando al Conde-duque de Olivares, un raro bodegón de caza, original representación en trampantojo, así como el cuadro Caballo blanco, una de sus obras más conocidas y boceto para realizar sus retratos ecuestres. Ribera está representado por un excepcional retrato ecuestre, Juan José de Austria, que él mismo reprodujo en grabado.
El gran valor del mobiliario del palacio reside en su autenticidad, pues la mayoría de los muebles corresponden a la época de construcción del palacio y reinados sucesivos, que se muestran en una serie ininterrumpida de estilos rococó, neoclásico, imperio e isabelino. 
En cuanto a relojes esta la mayor y mejor colección de relojes de España, también es una de las principales del mundo. La importancia de la colección radica sobre todo en los relojes de época rococó construidos para Fernando VI por el relojero suizo Jacquet Droz. El reloj denominado El Calvario, del siglo XVII y construido en Núremberg, es el más antiguo, mientras que la existencia de un gran número de relojes de época imperio se debe a la afición por estos instrumentos por parte de Carlos IV. También es de destacar, por la riqueza de materiales usados para su elaboración, como oro, plata o marfil, un reloj regalo del presidente de Perú al rey Alfonso XIII en 1906, construido en 1878.
La colección de tapices es también considerada la principal colección del mundo después de la de Palacio del Quirinal en Roma, se compone fundamentalmente de paños fabricados en Bruselas en el siglo XVI y en la Real Fábrica de Tapices de Madrid, ya en el siglo XVIII, sobre cartones de Francisco de Goya. Son de destacar los tapices que se encuentran cubriendo las paredes del comedor de gala.
He escuchado decir a otros viajeros que resulta caro, que no permiten sacar fotos y sus guardias de seguridad no son muy amables pero realmente a nosotros nos ha sorprendido gratamente. El caudal artístico y arquitectonico es deslumbrante. Si nos preguntan creemos que es el Palacio Real mas bello que hemos visitado hasta hoy aún sobre Versalles o algun palacete fiorentino. 
Como si todo ello hubiera sido poco al bajar visitamos en el sector de planta baja la Real Armería y el Real boticario. Se encuentra allí también la Real Biblioteca que no pudimos acceder porque se encontraba en reparaciones. 
Durante el reinado de Felipe II la Real Farmacia se convirtió en un apéndice de la Casa Real, con la orden de abastecerla de medicamentos, función que continúa en nuestros días. La Real Farmacia que existe en la actualidad fue fundada como Museo de Farmacia en 1964. Las salas de destilaciones y las dos salas adyacentes a la farmacia fueron reconstruidas tal y como eran durante los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII. Los frascos son anteriores y fueron realizados en las fábricas de la Granja y del Buen Retiro, existiendo también otros enseres fabricados en loza de Talavera en el siglo XVII. Nunca habíamos visto algo igual.
La Real Armería está considerada junto a la Armería Imperial de Viena e de Turín como una de las mejores colecciones de armas del mundo.
La colección reúne las armas personales de los Reyes de España, y además alberga trofeos militares y presentes diplomáticos, que se mezclan entre tapices, cuadros y otras obras de arte.
Dentro de las piezas más destacables de la colección destaca la armadura y aperos completos que el emperador Carlos V empleó en la Batalla de Mühlberg, y con los cuales fue retratado por Tiziano en el conocido retrato ecuestre custodiado en el Museo del Prado. Además, alberga otras piezas de armeros españoles como Eusebio Zuloaga, que ejerció el cargo de director de la misma.
Nos fuimos del Palacio Real cerca del mediodía absolutamente satisfechos y felices con la visita. 
Caminamos por la Calle de Santiago hasta la Calle Mayor nuestro próximo destino era justamente la Plaza Mayor pero eso es motivo el próximo post donde empezamos formalmente la ruta de los  tapeos y las cañas por las calles de Madrid. 

Nos alojamos en le Hotel Arosa, Calle de la Salud 21